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Con la rendición del general Conrwallis en el sitio de Yorktown, en 1781, efectivamente terminó la guerra por la independencia de las trece colonias británicas en América del Norte. Esto fue ratificado en el Tratado de Paris de 1783. A partir de ese momento se desató una inmensa discusión historiográfica y política en torno al contenido y al significado de esa independencia. Para la historia oficial, lo que había ocurrido era la Revolución Americana que “había impactado al mundo”. Para otros, sobre todo los revisionistas estadounidenses como Charles Beard, lo que había ocurrido era un levantamiento popular de productores, con potencialidad revolucionaria, que había sido truncado por la labor de los “parásitos” comerciantes y terratenientes, sobre todo los esclavistas. ¿Qué fue lo que ocurrió?
La guerra comenzó sobre todo por una disputa en torno a autonomía, derivada de la falta de control de la Corona en el siglo XVII; pensemos que Virginia, la primera colonia británica, se estableció en 1607 más de un siglo después de Colón y escasos veinte años antes del comienzo de la Guerra Civil Inglesa. Eso significó que la Corona tuvo escaso control sobre sus colonias durante todo el siglo XVII y recién hacia 1746, con el fin de las guerras jacobitas, se planteó afirmar su control en función del desarrollo económico inglés. Con el comienzo de la revolución industrial, Inglaterra modificó su sistema colonial incrementando controles y estableciendo criterios para poner el comercio a su servicio (mercantilismo, comercio triangular). La Guerra Franco-India (1754-1763) aumentó la presencia inglesa, sobre todo con el envío de tropas que fueron acuarteladas en casas de vecinos (la carencia de cuarteles era reveladora de que antes esto no existía). Asimismo, Inglaterra acordó con distintas naciones indígenas (los Iroqueses en particular) alianzas y otorgó garantías de respetar su territorio. Esto generó resentimiento entre los colonos que deseaban libre acceso a las tierras del oeste y desplazar a los indios.
La revolución industrial también generó importantes modificaciones: exportación de algodón, creciente importancia del sector artesanal y comerciante, enriquecimiento de los terratenientes (en particular los de Virginia), y crecimiento del sistema esclavista.El mercantilismo afectó a la población campesina (95% del total) incorporándolos lentamente al mercado, mientras reforzaba la inserción en el sistema comercial mundial de la población urbana. Las reformas de la metrópolis en cuanto al comercio y a la imposición de impuestos sobre el té y el papel afectaban solo a un sector de comerciantes y a los maestros artesanos, o sea a la elite colonial.El tema era quién decidía las leyes económicas en un contexto donde la autonomía de la elite colonial había sido alta durante casi un siglo y medio.
Durante el invierno de 1774 los colonos de Massachussets, cercanos a Boston, se habían estado preparando para la confrontación organizando milicias llamadas Minutemen, puesto que responderían “al minuto” una agresión británica. En abril de 1775 el General Gage, al mando de las tropas británicas en Boston, envió un destacamento a los pueblos de Lexington y Concord para capturar pertrechos rebeldes. Los comités de artesanos de Boston decidieron enfrentar a las tropas y movilizaron a las milicias locales que dieron batalla en Lexington. El resultado fueron ocho colonos muertos, el comienzo de una guerra de guerrillas, y la decisión por parte de las milicias de artesanos y granjeros de sitiar Boston. Esta movilización de los artesanos dio comienzo a la disputa entre democracia radical y republica conservadora que va a signar la historia norteamericana hasta nuestros días.
El problema más serio para los independentistas es que no contaban con mucho apoyo popular fuera de los sectores urbanos. Los indios apoyaron a la Corona que les ofreció protección de la expansión de los colonos sobre sus tierras; trece mil indios pelearon a favor de los ingleses. Al mismo tiempo, la Corona le ofreció la libertad a los esclavos que la apoyaran y miles se fugaron o recibieron la libertad poniendo en crisis el sistema esclavista.John Adams explicó que el apoyo popular a la Guerra fue dudoso: dijo que 30% de la población estaba con la independencia, 30% con los ingleses, y a 40% no le importaba. Esto se logró revertir con el papel de propagandistas, sobre todo de Tomás Paine que fue fundamental para gestar apoyo popular.
Sin embargo, para las elites acaudaladas una guerra popular era algo peligroso. ¿Una vez ganada, cómo harían para que los campesinos volvieran a ser explotados? Más aún si estaban organizados y armados. Esto generó un conflicto entre el sector popular, y miliciano, del independentismo y aquellos que pretendían mantener la misma estructura socioeconómica que estaba siendo subvertida por las reformas inglesas. Una expresión de este conflicto fue el nombramiento de George Washington al frente de los ejércitos independentistas.