• Asignatura: Castellano
  • Autor: ignaciagutierrezc
  • hace 7 años

Analización lírica del poema ¨Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros...¨ . Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros, ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros, lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso de mí murmuran y exclaman: —Ahí va la loca soñando con la eterna primavera de la vida y de los campos, y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos, y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado. —Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha, mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula, con la eterna primavera de mi vida que se apaga y la perenne frescura de los campos y las almas, aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrazan. Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños, sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos? Hablante lírico, Motivo lírico, Temple de ánimo, Actitud lírica, Símbolo (justifica) ¨Eterna primavera¨. Ayuda por favor, doy 5 estrellas y agradezco! :)

Respuestas

Respuesta dada por: nicolastenorio
21

Respuesta:Rosalía de Castro (Santiago de Compostela, 1837 – Padrón, La Coruña, 1885) es una excelente y brillante poeta del Romanticismo español. Junto con Bécquer, aportaron originalidad, autenticidad y belleza intimista a una poesía en principio bastante altisonante.  

En el poema que nos disponemos a analizar, el yo poético, trasunto de Rosalía de Castro, dialoga con elementos naturales y reflexiona sobre su belleza aparentemente perenne, frente a la caducidad de su propia vida humana. La llaman “loca” porque va soñando por los caminos con sus anhelos y sus sueños, opuestos a la dura realidad del paso del tiempo, que trae caducidad, vejez y cierta intuición de la muerte. El yo poético pide a los elementos naturales (astros, fuentes, flores, pájaros, ondas del viento) que no la critiquen por sus ensoñaciones, pues las necesita para vivir con una sonrisa.  

 

2. Tema  

El asunto principal de este poema es la expresión de la comunión espiritual que se establece entre el yo poético y la naturaleza. En otras palabras, la admiración por la belleza natural, aparentemente eterna, frente al paso del tiempo del yo poético.  

 

3. Apartados temáticos  

Estamos ante un poema de una fuerte trabazón interna. La temática es única, sin modulaciones especialmente significativas. El texto deviene en un diálogo entre la naturaleza y la poeta. Aquellos la adjetivan de loca y le anuncian su próxima vejez. Esta se defiende afirmando que precisamente a ellos los necesita para seguir soñando, aunque también comprende su naturaleza efímera. El poema, entonces, se puede considerar constituido por un bloque temático único. Sin embargo, afinando mucho, se podría distinguir entre una breve introducción (los cuatro primeros versos), la intervención de los elementos naturales, que formaría una segunda sección, y la respuesta de la poeta, que conformaría el último apartado. Ambos enfoques poseen un sustento argumental aceptable; depende de la aproximación que el lector realice al poema.  

 

4. Análisis métrico, de la rima y de la estrofa  

El poema está formado por catorce versos distribuidos en tres estrofas con diferente número de versos (7, 5 y 2, respectivamente). Los versos son hexadecasílabos (16 sílabas), de arte mayor; se puede apreciar la cesura a mitad del verso; esa pausa suele coincidir con el signo ortográfico de la coma, visibilizando esa breve interrupción en la melodía versal.  

Cada una de las estrofas es monorrima (á-o, á-a y é-o, respectivamente) en asonante. El verso 10 presente una leve irregularidad, al introducirse una vocal silábica intermedia entre las dos que forman la rima regular. Las estrofas no forman una estructura estrófica reconocible respecto del repertorio clásico. Este tipo de disposición formal –medida de los versos novedosa y no clásica, rima asonantada, estrofas de distinta extensión– es muy frecuente en el Romanticismo español (Espronceda y Bécquer la practicaron asiduamente). Los poetas románticos caminan hacia el verso libre; en este poema, Rosalía se ubica a mitad de ese recorrido.  

Conviene destacar la intensa y persistente musicalidad del poema. La distribución acentual es muy cuidada; esta es la responsable de una cadencia suave y fluida que dotan al conjunto de un tono melódico agradable y penetrante.  

 

 

 

 

 

Explicación:

Preguntas similares