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Los niños consumen una cantidad similar de bebidas gaseosas y otros refrescos azucarados ya sea que estén prohibidos o no en sus escuelas, reveló un nuevo estudio.
Una investigación con chicos de octavo grado halló que las prohibiciones estatales sobre la venta de bebidas azucaradas en las escuelas implican que menos chicos compran allí sus refrescos, pero no cambian la cantidad de niños que dicen que beben sodas o bebidas deportivas regularmente.
Ese ejemplo, y otros, generan dudas sobre qué efectividad pueden tener las vedas en las escuelas si los chicos obtienen las bebidas con alto contenido calórico en cualquier otro lugar, indicaron los investigadores.
"Las leyes más exhaustivas cumplen su objetivo porque están diseñadas para sacar esas bebidas azucaradas de las escuelas.
Esto sugiere que ha habido cambios positivos en el ambiente alimenticio escolar en general, que las escuelas son más saludables", dijo Daniel Taber, quien trabajó en el estudio.
"Pero eso no va a ser suficiente. Para reducir el consumo de bebidas azucaradas, y finalmente disminuir la obesidad, se necesitarán iniciativas políticas más abarcadoras", añadió Taber, de la University of Illinois, en Chicago.
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