Por que el continente americano sufrió una extensa programación de las epidemias y enfermedades????
Respuestas
Respuesta:
El equilibrio sanitario de los pueblos americanos con su medio ambiente quedó alterado a partir de 1492, tras el contacto con los españoles
que eran portadores inconscientes de nuevas enfermedades. No hay que
olvidar, sin embargo, que algunos códices mexicanos (Guerra, 1986) registran grandes epidemias en el continente americano con anterioridad al
Descubrimiento y que la desolación de Tula, Aztlan, Tikal y otros centros urbanos, siglos antes de la presencia española, sólo puede explicarse
como resultado de epidemias precolombinas con una mortalidad similar
a las ocurridas durante la conquista de América. Curiosamente, la interpretación del efecto de las epidemias en la Historia de América se comprende mejor al estudiar paralelamente el progreso de la colonización de
Africa por las naciones europeas a finales del siglo pasado, cuando comenzó a conocerse la resistencia de los africanos a sus enfermedades endémicas y la virulencia de las mismas para los europeos.
Para determinar la procedencia de las enfermedades infecciosas de carácter epidémico aparecidas entre los indígenas americanos tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, si aceptamos que fueron los españoles quienes actuaron de portadores, es necesario establecer la existencia de cada
una de estas enfermedades en España con anterioridad a 1492. Conviene
advertir, sin embargo, que las más importantes no tuvieron su foco de dispersión en suelo ibérico, sino que como la influenza, procedían de Asia
y la viruela y la fiebre amarilla vinieron de Africa. Curiosamente las primeras noticias epidemiológicas de América ocurren en la patobiografía
de Cristóbal Colón, factor decisivo en la heurística de las grandes epidemias de la conquista, pues pocos son los temas históricos que estén tan
bien documentados como la vida y fastos del Descubridor del Nuevo
Mundo.
Explicación:
Abundan en los archivos españoles documentos sobre las epidemias
medievales, particularmente la peste bubónica, pero esta enfermedad no
constituyó un problema sanitario en América hasta comienzos de nuestro
siglo. Quienes se han preocupado de las epidemias españolas han aceptado, por lo general, la Epidemiología Española de J. Villalba (1803) como
fuénte segura donde se indica que había bubas en Aragón desde el año
591, viruela en Andalucía desde el 714 introducida por los árabes, lepra
en Asturias en 923, malaria en Valencia ya en 1324 y peste bubónica también en Valencia y el resto de las regiones españolas desde 1348. Recientemente (Guerra, 1987) se han revisado otros datos de Villalba respecto
a la esquinancia o garrotillo, es decirla difteria, así como el tabardete o
tabardillo que es el tifo exantemático, las fiebres pútridas aceptadas como
fiebre tifoidea y las cámaras o disentería bacilar, compañera constante de
los ejércitos.
Las fuentes más fieles para establecer las enfermedades contagiosas
que existían en España con anterioridad a 1492 son los textos de tres médicos judíos, que paradójicamente fueron ignorados por Villaba. El primero es la Medicina castellana atribuida a Samuel ben Waqar nacido en
Toledo y médico de Femando IV y Alfonso XI, en una de cuyas versiones en castellano, fechada en 1414, dice que las enfermedades más frecuentes de Castilla eran «las calenturas pútridas, sarampión, viruelas, tercianas, catarros, destilaciones, esputos de sangre, tisis, asmas, dolores de
cólicos nefríticos y afectos espasmódicos».