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Un telescopio, para su adecuado funcionamiento requiere de tres elementos fundamentales, el sistema óptico como tal, o sea, el telescopio principal, telescopio guía, buscador, etc., la montura, que es la que permite los diferentes movimientos del conjunto y la base.
En caso de que se desee construir una base móvil se recomienda utilizar el sistema de trípode, ya que, como es sabido, tres puntos siempre forman un plano, por lo que una base de este tipo nunca cojeará.
De ser posible, se deben utilizar materiales pesados para construir los elementos de la base a fin de que permitan una mayor estabilidad y rigidez. No deben elegirse materiales flexibles ni deformables como la madera y los plásticos ligeros.
Siempre que se pueda y sea práctico, se recomienda construir una base fija, por las ventajas que representa en cuanto a firmeza.
Se recomienda, para evitar las vibraciones transmitidas a través del suelo (en caso de proximidad a líneas férreas, tráfico de vehículos pesados, explosiones, etc.), construir un cimiento bien profundo para la base. El recurso más efectivo, práctico y económico es el de enterrar una viga de metal lo más profunda posible en el subsuelo, de forma vertical, y sobre su extremo superior construir la base. Además, dicha base debe estar independiente del edificio que la alberga, pues las vibraciones superficiales que inciden sobre el mismo no deben transmitirse a la base del telescopio.
Otra ventaja es la de construir la base lo más ancha posible, por lo que no se recomienda, por ejemplo, utilizar tubos finos para la misma, los cuales pueden ceder bajo el peso de todo el andamiaje que soporta y, para la escala y el nivel de detalle que se requiere para las observaciones astronómicas, y más aún para fotografías, cualquier flexión o rejuego de algún componente puede hacerla inservible, por insignificante que parezca.