Escribe en un texto de no menos de 500 palabras que exprese la forma de interrelacionarnos sin prejuicios ni estereotipos. Busca a pintores peruanos modernos y ubica una de sus obras de arte que refleje el título " Sin prejuicios ni estereotipos que se vive en la sociedad peruana.
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La mujer en la historia peruana
En 1909, Elvira García y García fundó la revista El Hogar y la Escuela en cuyas páginas incluyó la sección "Galería de mujeres célebres". Desde allí empezó a redactar breves biografías de peruanas, las cuales serán el germen de las páginas de La mujer peruana a través de los siglos.
La redacción de estas primeras biografías las compiló, corrigió y aumentó años después cuando publicó su libro en dos tomos. El contexto en el que vio la luz fue en el quinto año de los once que permaneció en el poder Augusto B. Leguía (1919-1930). Caracterizado en lo económico por la estrecha relación con Estados Unidos, uno de los propósitos de la entonces llamada Patria Nueva era la "ruptura del control político de las élites civilistas", para incorporar a las clases trabajadoras e indígenas (Contreras & Cueto, 2013, p. 244).
En tanto, en lo relacionado con la historia de las peruanas, es interesante constatar que desde el primer año del gobierno de Leguía empezaron a tener protagonismo en el reclamo social, cuando en 1919 se realizó un gran mitin de mujeres en el que se destacó la necesidad de una lucha conjunta en beneficio de las demandas obreras (Guardia, 2002). Años antes, 1914, María Jesús Alvarado fundó Evolución Femenina, el primer colectivo feminista en el Perú y una década después hacía lo propio la literata Zoila Aurora Cáceres con Feminismo Peruano, este último de importancia decisiva en la primera mitad de 1930, cuando logra introducir en el debate de la Asamblea Constituyente el voto de la mujer (Cáceres, 1909).
Así, García y García eligió un momento de especial coyuntura para dar a conocer su libro, pues en 1924 Lima fue la sede de la Segunda Conferencia Panamericana de Mujeres y fue este el espacio propicio para presentar La mujer peruana a través de los siglos. Celebrado entre el 21 de diciembre de 1924 y el 4 de enero de 1925, este simposio congregó a representantes de doce países, quienes intercambiaron experiencias sobre el estado jurídico de la mujer y plantearon alternativas para lograr la igualdad frente a la ley.
Con este marco de reivindicación de la mujer, Emilio Gutiérrez de Quintanilla fue el elegido para presentar el texto. Destacado intelectual a quien la trayectoria de la escritora no le era indiferente, así lo señaló:
La señorita García y García trae a su libro sentimientos que formó en sus alumnas, durante largos años de magisterio, para infiltrarlos en la vida pública, fuera de la enseñanza reglamentaria y privada. En él completa la doctrina moral y social que la civilización profesa, con el glorificado ejemplo de numerosas damas que, culminando en saber y virtudes cívicas, trajeron al proceso histórico de nuestra nacionalidad lo más valioso de la cooperación femenina, desde la influencia literaria y artística ejercida en múltiples aspectos, hasta la acción heroica y memorable del voluntario sacrificio. (Gutiérrez de Quintanilla, 1924, p. 10)
Además de destacar los valores atribuidos a las mujeres, lo interesante de este comentario es que García y García educó también en identidad, en este caso al difundir entre sus alumnas lo logrado por otras mujeres, contribuyendo así a una conciencia de género. Esto confirma lo renovadora que era la propuesta educativa planteada por nuestra protagonista, ya que en la actualidad se analiza la manera cómo revertir el currículo androcéntrico a partir de reconocer las contribuciones sociales y la experiencia cultural de las mujeres (Colás Bravo & Jiménez Cortés, 2006). Compromiso asumido por García y García desde inicios del siglo XX.
Por otro lado, no es casual que el autor resalte la incursión femenina en las expresiones artísticas, pues entre los escritos de Gutiérrez de Quintanilla sobresalen artículos de crítica de arte, en los que en más de una oportunidad comentó obras ejecutadas por manos de mujeres. Inclusive entre sus numerosas publicaciones se encuentra Meditaciones sobre la amada costilla, texto en el que expresó su adhesión al movimiento feminista en el Perú.
El máximo aporte del libro de García y García es el de poner en relieve, con nombre y apellido, a las mujeres que contribuyeron a forjar el Perú. No está de más señalar que entre los diccionarios biográficos publicados en el país antes de 1924, apenas son consignados algunos nombres femeninos; estos se limitan, en algunos casos como en el voluminoso Diccionario histórico biográfico del Perú de Manuel de Mendiburu6, a las biografías de religiosas y, con ello, relegan a la mujer a un rol pasivo, sin ninguna aparente relevancia en la actividad civil y pública.