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Respuesta:
El fascismo, nazismo y falangismo deben ser para los uruguayos no solo nociones abstractas o parte simplemente de la historia. Son también aspectos concretos de la vida social contemporánea y de personas reales. Y la amenaza actual que representan los nazis debe verse como más terrible por las razones que todos conocemos en Irak, Afganistán y el poder de los medios de destrucción masiva de los imperialistas.
Explicación:
dame gracias plisss
Que el fascismo es una ideología, un movimiento político y un tipo de estado de carácter totalitario, antidemocrático y ultranacionalista de extrema derecha, mientras que el nazismo, el nacionalsocialismo, comúnmente acortado a nazismo, es la ideología del régimen que gobernó Alemania de 1933 a 1945 con la llegada al poder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán de Adolf Hitler. Hitler instituyó una dictadura, el autoproclamado Tercer Reich y el falangismo fue un partido político español de ideología falangista fundado el 29 de octubre de 1933 por José Antonio Primo de Rivera, primogénito del fallecido dictador Miguel Primo de Rivera.
Las similitudes entre fascismo y falangismo son la nación, la solidaridad, la unión, el poder del Estado, un discurso universal, no exclusivo de una sola clase política. Coexistencia de las clases sociales por el bien común. Primacía de los valores y de una existencia basada en el sacrificio, la disciplina y el heroísmo. Rechazo del racionalismo y el materialismo. Antiparlamentarismo, antiliberalismo, antidemocracia. No al individualismo. Sí todo lo que une, no todo lo que divida.
las diferencias son, fundamentalmente, que el fascismo es corporativista mientras que el falangismo busca un estado sindicalista. El falangismo es un proyecto católico (no clerical), que da especial importancia al municipio y a la familia. El fascismo pretende armonizar el capital con el trabajo, mientras que José Antonio Primo de Rivera sostenía que mientras el capital era tan sólo una herramienta, el trabajo es algo inherente y exclusivo del ser humano.
Mientras el fascismo fue llevado a la práctica, desarrollado, evolucionado por Mussolini, y acusadamente envilecido por la injerencia hitleriana, la teoría falangista debiera haberse mantenido pura por no llegar nunca al poder. Y sin embargo no fue así. Si la Guerra Civil Española no hubiera sesgado cualquier evolución lógica del falangismo como efectivamente hizo, hubieran sido, probablemente, las ya existentes desavenencias -y cismas- entre ramiristas y joseantonianos los que habrían desmoronado motu proprio el movimiento -en minúscula, por no tratarse del Movimiento de Franco-. Si ya bien entre ambos líderes ocurrían enfrentamientos (el mismo José Antonio escribió un artículo titulado Aquellos fegoces guevolucionaguios, ridiculizando el problema evidente de dicción de Ledesma, hasta ese punto había llegado la enemistad y el escarnio público), el efecto bola de nieve autodestructivo habría sido nefasto. Sólo hay que ver, hoy en día, el talante de las diferentes agrupaciones autodenominadas falangistas, Falange Auténtica, FE La Falange, FE de las JONS, Izquierda Falangista y Bandera Negra -Falanges que se declaran de izquierdas- y durante la transición FEI (independiente) y Falange Española de Las JONS “La Auténtica”, y unas cuantas más. Casi podría decirse que hay una Falange por cada simpatizante de la causa falangista, lo que es una praxis absolutamente contraria a la teoría unificadora que defiendieron, por lo menos, en su creación.