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La importancia de donar sangre
Donar sangre es donar vida, pues las transfusiones no solo forman parte del tratamiento de determinadas enfermedades, sino también a salvar vidas ante situaciones médicas de extrema gravedad, como en caso de hemorragias por accidentes de tráfico, por poner un ejemplo sencillo.
Cada persona tiene aproximadamente cinco litros de sangre que el corazón impulsa a través de las arterias para llegar a todos los tejidos del organismo y recupera a través de las venas tras oxigenarse en los pulmones. El 55% de la sangre es plasma, un líquido que sirve de medio de suspensión a las plaquetas, los glóbulos rojos y los leucocitos o glóbulos blancos.
Teniendo todo ello en cuenta, la sangre tiene diferentes funciones vitales:
Las plaquetas favorecen la coagulación y, por tanto, el taponamiento de las heridas cortando así las hemorragias.
Los glóbulos rojos llevan el oxígeno obtenido a su paso por los pulmones a todas las células del organismo.
El plasma transporta los nutrientes y el agua necesarios para alimentar los tejidos.
La sangre también contribuye a mantener el equilibrio de líquidos en el organismo y transportar las hormonas secretadas por las diferentes glándulas del organismo y que cumplen funciones reguladoras importantes en su funcionamiento.
La presencia de leucocitos permite actuar contra las bacterias que atacan el organismo, cumpliendo así con una función moduladora del sistema inmunológico.
Recoge los residuos del metabolismo celular para que sean eliminados a través de la orina.
Además de oxígeno, también transporta el anhídrido carbónico que se obtiene del aire que se absorbe con la respiración.
la importancia de donar sangre
Todas estas funciones son vitales para el organismo, por lo que existe una constante necesidad de sangre para infundir a pacientes que por una causa u otra han perdido mucha sangre o ésta presenta alguna deficiencias que sólo pueden ser corregidas mediante una transfusión. Los expertos señalan que nueve de cada diez personas necesitarán una transfusión de sangre a lo largo de su vida, lo que da una clara idea de la importancia de donar sangre.
Esta puede ser necesaria en diferentes circunstancias:
El tratamiento de personas con enfermedades como la talasemia o la depranocitosis.
El tratamiento de las anemias, como las que se producen, por ejemplo, en los pacientes oncológicos a consecuencia de la quimioterapia.
Afrontar las pérdidas de sangre que pudieran producirse en el transcurso de intervenciones quirúrgicas.
Reaccionar convenientemente en complicaciones del parto que pueden ocasionar hemorragias antes, durante y después del mismo.
Tratar a pacientes accidentados que han sufrido importantes hemorragias internas o externas como consecuencia de los traumatismos sufridos.
Tratar a niños con anemias graves producidas por enfermedades como el paludismo o la malnutrición.
El problema es que la sangre, una vez extraída tiene un tiempo de vida limitado y hay grupos sanguíneos más raros que otros, de ahí que en ocasiones, especialmente ante catástrofes naturales o accidentales se hagan llamamientos para la donación de sangre.