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Respuesta:
Un proyecto cultural es aquel que se enfoca en alcanzar objetivos relacionados con los rasgos culturales de una comunidad, grupo étnico o sociedad específica.
Por cultura, recordemos, se entienden todas aquellas prácticas que integran la esencia de las comunidades. Cada pueblo tiene una cultura propia y, a veces, subculturas que se ubican en un segundo o tercer renglón.
La cultura es un término complejo y amplio. En él se sitúan los hábitos, las tradiciones, los ritos, las creencias, las fiestas y celebraciones y los imaginarios que definen a ciertos grupos sociales. O dicho de otro modo, es una categoría que engloba tanto expresiones como la literatura y la música hasta la gastronomía y la moda. Los proyectos culturales se encargan de promover acciones coordinadas para difundir, promover, conservar, preservar e impulsar cualquier manifestación cultural que deba ser conocida por los habitantes que la producen. Desde luego, estos proyectos deben reportar algún beneficio, que no necesariamente tiene que ser económico. Las ventajas de la promoción cultural también pasan, sobre todo, por el reconocimiento, la preservación y la difusión.
Promoción cultural: enfoques y elementos
El área de la gestión dedicada a los proyectos culturales se llama promoción cultural. Es la categoría especializada en ejecutar este tipo de acciones en cuatro sentidos:
Cubrir necesidades básicas sobre las expresiones culturales.
Generar un cambio en la manera de entender la cultura.
Realizar aportaciones sobre el patrimonio y el legado de una sociedad.
Fomentar la diversidad de los distintos agentes culturales.
Para que un proyecto cultural sea llevado a la práctica, sus responsables deben definir aspectos como la finalidad, las estrategias, las acciones concretas, la evaluación de los objetivos y la valoración de recursos humanos y económicos. Todas estas cuestiones deben estar contenidas en el plan de acción del proyecto, en el que además se definen características como:
Posibilidad de proyección.
Sostenibilidad.
Contextualización.
Viabilidad de los plazos.
Recursos disponibles.
Participantes.
Presupuesto destinado.
Características principales de un proyecto cultural
Existen muy diversos tipos de proyectos culturales. No obstante, todos ellos comparten una serie de características básicas, entre las que se encuentran:
Los proyectos culturales pueden ser a largo, mediano o corto plazo. Un ejemplo de los primeros es la construcción de una red de bibliotecas públicas en una ciudad cualquiera, pensados para perdurar e integrarse en el contexto. Para el segundo o tercer caso podemos mencionar la una exposición de unos cuadros o la presentación de una banda de música.
Pero, independientemente de su realización en el tiempo, los alcances de un proyecto cultural casi siempre se sitúan en el largo plazo. Es el caso de los proyectos que tienen que ver con el patrimonio, la historia o las investigaciones etnográficas o arqueológicas. Es decir, la gran mayoría de estos proyectos tienen un efecto que perdura y, si es el caso, genera cambios de conducta.
Un buen número de proyectos sociales suponen la participación directa o indirecta del grupo social en el que se desarrollan. Las personas son, a fin de cuentas, las principales beneficiarias de la ejecución de un proyecto cultural y sin ellas su ejecución no puede considerarse plena.
En cuanto a los costes, los proyectos cultural pueden suponen grandes costes o, por el contrario, inversiones mínimas. De hecho, en aquellos casos en que se ejecutan con la colaboración y los aportes del grupo social implicado, la inversión se reduce. Esto es distinto, claro, a los recursos que se requieren para el montaje de un evento como la Feria del Libro o un festival.