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Ha pasado mucho tiempo desde el momento en el que lavarse las manos se convertía en un hábito prioritario. Cuando España confirmó su primer contagio por coronavirus SARS-CoV-2 pocos creían que la situación iba a cambiar tanto; ahora, con un país confinado desde hace un mes, más de 16.000 muertos y de 160.000 contagiados, la población española ya tiene asumida esa pequeña tarea que supone lavarse las manos con agua y jabón más frecuentemente de lo que solía hacer. Con el caos de las recomendaciones de usar o no mascarilla, lo cierto es que el lavado de manos ha estado siempre ahí. El Gobierno ha decidido, antes de pasar a la fase de desescalada, repartir mascarillas entre la gente que tiene que coger transporte público para acudir a sus puestos de trabajo como una medida más de prevención.
[Última hora del coronavirus]
Sin embargo, la prioridad del Ejecutivo se sigue centrando en dos aspectos clave: el distanciamiento social —nunca estar a menos de un metro de nadie, y mejor estar al menos a dos— y la higiene extrema. Aquí es donde ha estado siempre el foco. Y no solo desde el Ministerio de Sanidad español insisten en este punto, sino también desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), donde recuerdan que lavarse las manos "con frecuencia" ya sea con "agua y jabón o con un desinfectante a base de alcohol" es una medida eficaz por "mata el virus si está en sus manos"
¿Que el jabón o el alcohol "matan" el virus? Sí (matizando el término, ya que los virus, al no estar vivos, no pueden morir). En gran parte de los virus (y en el SARS-CoV2 también) existe una membrana exterior formada por una bicapa lipídica, una barrera relativamente impermeable al agua —por esta razón, lavarse únicamente con agua no es suficiente—. Tal y como explica el profesor de Química de Universidad de Nuevo Gales del Sur (Australia) Palli Thordarson el jabón disuelve esa membrana de grasa haciendo que "el virus se desmorone como un castillo de naipes, haciendo que se vuelva inactivo". El efecto del jabón puede entenderse, de manera más clara, gracias a esta ilustración elaborada por Pictoline con información de la doctora Karen Fleming, de la Universidad Johns Hopkins.
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espero que te sirva