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BUENOS AIRES, 27 abr (Xinhua) -- La escritora argentina Agustina Lynch todavía se sorprende al repasar cada día las cientos de respuestas que recibe de parte de niños y padres ante su divertida idea de leer cuentos infantiles en línea para hacer más amena la cuarentena por la pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19).
"La idea de contar cuentos en vivo surgió un día después de que empezó el aislamiento obligatorio, el 20 de marzo. Una amiga me lo sugirió sabiendo que me gusta contar cuentos. Revisé mi biblioteca y fui sacando libros lindos para compartir. Por suerte tengo una biblioteca extensa", contó la autora de 42 años a Xinhua.
La propuesta se pone en marcha de lunes a viernes, puntualmente a las 11:00 de la mañana, con transmisiones en vivo a través de Instagram, donde la escritora tiene el perfil "La vaca en su hamaca", nombre que rinde homenaje al primero de los dos libros que lleva escritos.
"Empecé a contar cuentos en vivo, dos o tres cada día, algunos en inglés. Elijo cuentos que tengan una linda moraleja y suelo dar mi interpretación al terminar. A veces son cuentos más clásicos, cuya moraleja no me gusta tanto, y cuanto termino les digo qué hubiera hecho yo si fuera uno de los personajes", reveló Agustina.
"En general no los narro exacto como son, pues me gusta mirar a los chicos a la cámara cuando leo. Entonces suelo repasarlos antes para fijar la idea y luego los cuento, pero poniendo mucho de mis palabras", agregó.
La propuesta fue adoptada con entusiasmo por los más pequeños, pero también por sus padres, que saben que durante 40, 50 o 60 minutos tendrán tiempo para otros quehaceres mientras sus hijos siguen la narración.
"Cuando empecé con la idea tenía unos 7.900 seguidores en el perfil de Instagram. Ahora ese número llega a los 52.300. El 'feedback' (retroalimentación) fue impresionante, tanto de los chicos, que me envían dibujos y mensajes contándome cosas, como de los adultos, que me agradecen porque ahora sus hijos ordenan los cuartos, lavan los platos y hasta se animan a probar verduras nuevas", explicó la autora.
Lynch destacó que el tiempo que dedica a la idea se amplía cada día, pues también muestra los dibujos y saludos que recibe: "Hay además un espacio en donde me pongo un sombrero enorme, que se llama 'El sombrero de los mensajes subliminales'. Les cuento que es un sombrero que me da poderes, y con mis poderes doy consejos, como lavarse las manos o para que ayuden en la casa con las tareas del hogar".
"Lo disfruto mucho, me divierte contar cuentos, hacer caras raras, ruidos y muecas, imaginarme a los chicos del otro lado contestando mis preguntas. Y entiendo que ayudo, tanto a los chicos, que pueden pasar un rato divertido, olvidándose de sus preocupaciones por esta nueva situación y sumergiéndose en un mundo de fantasía, como a los grandes, que pueden en ese momento dedicarse a tareas pendientes, sabiendo que sus hijos están entretenidos con algo sano", resaltó la mujer.
La autora tenía experiencia narrando cuentos desde antes de la cuarentena porque concurría a colegios a contarlos, muchas de esas veces durante la denominada "Semana del libro", iniciativa de las escuelas por la que invitan a padres a contar historias.
"No hay gratificación más linda que la mirada de un niño cuando está escuchando atento un cuento", valoró la escritora.
Consultada por los títulos que más le piden en cada sesión de lectura, la narradora mencionó cuentos como "El topito que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza", "La vaca y la espinaca", que es de su autoría, "Te quiero siempre", "El monstruo de colores", "El increíble niño comelibros" y "Diario de un ogro", que habla de helados de gusanos.
Lynch lleva publicados dos libros, "La vaca en su hamaca", un cuento que con el personaje de la vaca de nombre Paca ayuda a los niños a quedarse dormidos, y "La vaca y la espinaca", un cuento para ayudar a los pequeños a probar nuevas comidas, como verduras, a las que suelen ser reacios.
"Actualmente estoy trabajando en mi tercer libro, 'La vaca se empaca', un cuento que está destinado a ayudar a los grandes a transitar los berrinches o rabietas de sus hijos", mencionó la autora.
El aislamiento social que rige en Argentina del 20 de marzo al 10 de mayo ha generado respuestas solidarias y creativas en el país, como la que puso en marcha el mes pasado la escritora, que ha sumado audiencia no sólo nacional, sino de países de la región, como Chile, Perú, Uruguay y Ecuador, entre otros.
"Esta cuarentena me abrió una ventana muy linda para poder compartir mi pasión por los libros junto a muchos chicos que, de seguro, amarán los libros tanto como yo", resumió Agustina.
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