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Definición de símil. Símil es un término con origen en el vocablo latino similis que hace referencia a lo semejante. El concepto, por lo tanto, se utiliza para establecer una comparación entre dos cosas. ... A diferencia de la figura de la metáfora, los símiles apelan a elementos de relación como “que”, “como” o “cual”.
La metáfora es una de las figuras retóricas más importantes. Por metáfora se entiende como desplazamiento de significado entre dos términos con una finalidad estética: A es B. Su estudio se remonta a la Poética y la Retórica de Aristóteles
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Explicación:
El símil, también llamado comparación, es una figura retórica que consiste en establecer una relación de semejanza o comparación entre dos imágenes, ideas, sentimientos, cosas, etc. La palabra, como tal, proviene del latín simĭlis.
Una característica fundamental del símil como figura literaria (y que lo diferencia de la metáfora), es que el símil es introducido por un elemento relacional, es decir, una palabra que establece una relación explícita entre dos elementos como, por ejemplo: como, cual, que, se asemeja a, semejante a, similar a, parecido a, etc.
De este modo, el símil permite conectar diferentes elementos de una forma simple y eficaz para ofrecer una nueva forma de ver o entender una cosa determinada, pues opera trasladando las características o rasgos, simbólicos o evidentes, de una cosa a la otra.
Por ejemplo:
“Miraba como el alba pura;/ sonreía como una flor”. Rubén Darío.
“¡Oh, soledad sonora! Mi corazón sereno/ se abre, como un tesoro, al soplo de tu brisa”. Juan Ramón Jiménez.
Se conoce como metáfora a un tropo o figura poética que consiste en el desplazamiento del significado entre dos palabras o términos, para expresar una relación que acentúa o le atribuye ciertas características. Dicho de otra manera, se trata de nombrar algo con otra cosa, para forzar una asociación o analogía entre ambas.
Se trata de un procedimiento ampliamente utilizado tanto en el lenguaje literario (sobre todo en la poesía), como en el habla cotidiana, dado que sirve para imprimir a lo dicho una potencia mucho mayor que el habla directa.
Una metáfora puede embellecer una descripción, resultar cómica, irónica, ofensiva, dar un giro inesperado o incluso resultar enigmática, misteriosa.
Comúnmente, las metáforas se entienden como figuras retóricas o de ornato del lenguaje, y se componen de tres elementos:
El objeto de lo que realmente se habla (tenor).
El objeto que se invoca o se nombra (vehículo).
La relación entre ambos términos (fundamento).
Así, es posible hablar de dos tipos de metáfora, principalmente: la explícita, cuando los dos términos aparecen en la expresión; y la implícita, cuando el tenor no aparece sino que debe ser inferido o deducido a partir de la expresión.