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Un texto argumentativo intenta persuadir, convencer o demostrar una idea. Por esta razón es importante que la exposición tenga una introducción, tesis, argumentos y conclusión como en el siguiente ejemplo que trata sobre la adicción a las redes sociales.
La adicción a las redes sociales entre los jóvenes.
Parecería que nuestras mentes se han desconectado de la realidad cotidiana, por escapar a la incesante avalancha de información digital que nos persigue, nos globaliza y nos aleja del contacto personal hacia el mundo de Internet.
Hoy más que nunca, sobre todo entre los jóvenes, existe el desenfreno por consumir los beneficios otorgados por Internet; sin embargo, el uso inadecuado de las redes sociales por medio de esta tecnología constituye un problema, “una adicción". Es decir, una dependencia excesiva.
Es imposible desligar las palabras comunicación y redes sociales porque por un lado, ofrecen comunicación instantánea, información, entretenimiento, conocimiento y canales de difusión, y por otro son muchas las veces en las que se consultan a lo largo del día con extremada obsesión solo para ver qué ha pasada y que han compartido los contactos de cada quien. Finalmente, el tiempo empleado en redes afecta la vida personal y laboral. Entonces se convierte en una adicción que tiene que tratarse y controlarse, como cualquier otro tipo de dependencia.
La clave está en consumir la información que hay en redes sociales con cautela y prevenir su adicción a ellas sin llegar a la prohibición, pero ¿cómo se logra? Existen algunas técnicas preventivas para lograr su uso razonable. Por ejemplo, los padres deben establecer en común acuerdo con los hijos, horas razonables para el uso de las redes sociales. De tal forma que al limitar el tiempo de conexión los jóvenes realicen otras actividades. Otra acción directa es fomentar la comunicación personal entre adolescentes para que así, en lugar de establecer diálogos digitales, se potencien relaciones con otras personas afines o con la propia familia.
En conclusión, la mejor opción no es prohibir a las nuevas generaciones el acceso a las redes sociales, sino conseguir que no se abuse de ellas a través de diversas estrategias preventivas o correctivas y, así, evitar alteraciones personales y psicológicas.
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