Respuestas
Respuesta: El mundo islámico de los siglos VIII al IX fue un inmenso espacio mercantil relativamente homogéneo y abierto en su interior a las actividades del gran comercio a media y larga distancia practicado con técnicas que son propias del capitalismo mercantil aunque el sistema económico en su conjunto no era capitalista como lo demuestra su base productiva agraria y la procedencia de la mayor parte de la renta. Aquel comercio no tenía por objeto «tanto estimular la producción para la exportación como realizar el máximo de beneficio, especulando con las diferencias de precios, y procurar a los que facilitaban los capitales los productos propios del poder y del confort» pero tuvo también la potencia e intensidad suficientes como para tratar con productos de necesidad más general, indispensables a menudo para el abastecimiento de las poblaciones urbanas. Pero también oro, que no era un producto de lujo sino indispensable para la estabilidad del régimen monetario, minerales, sobre todo hierro, productos metalúrgicos y madera, indispensables para cubrir déficits productivos interiores. Además, se utilizaba las redes comerciales para redistribuir productos agrarios y manufacturas, algodón, textiles, metalurgia, etc., entre unas y otras regiones del mundo islámico.
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