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La caricatura que de él hicieron algunos irresponsables conocidos, terminó por hundir su figura. Fernando de la Rua no será recordado por la historia como un presidente enérgico, sino más bien todo lo contrario.
Pero como la justicia -aunque tarde- siempre llega, al veterano político radical le ha llegado la reivindicación en forma de error.
Este error, atribuible como de costumbre al diario El Tribuno de Salta, habla de que las caricaturas y las burlas de que fue objeto el expresidente generaron incertidumbre y llegaron en un momento inoportuno: justo cuando "la embestidura presidencial era tan importante" (sic).
Tan importante era la "embestidura", que cuando de la Rua quiso embestir, vio de repente cómo carecía de fuerza para ello. Seguramente el hecho de ver lesionada tal embestidura fue lo precipitó su caída y aceleró el inevitable sino de la historia.
Los toros bravos llegaron después de 2001. Estos se olvidaron de la investidura (detalle que les importaba y les sigue importando más bien poco) y se centraron en la embestidura, es decir, en bajar la cabeza y enceguecidos ir al frente contra todo aquel que osara atravesarse en su camino.
Porque, según el de la Rua que recaricaturiza hoy El Tribuno, gobernar es el arte de embestir. Y si el que embiste es el Presidente de la Nación, todavía es más importante.
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porque fue malo :v
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no se