• Asignatura: Historia
  • Autor: jfm1311
  • hace 7 años

El Urutaú Era Ñeambiú la más hermosa doncella de la comarca y tan gentil de trato como exquisita de espíritu, que todos la amaban. Ñeambiú correspondía el cariño hondo y apasionado de Cuimbae, joven gallardo y valiente, a quien el padre de ella, el poderoso cacique guaraní, había llevado cautivo al regreso de su última expedición victoriosa contra los tupis. Idolatraban sus padres a Ñeambiú, su única hija. Arrancarla de su lado era sacarles el corazón; por eso se negaron a consentir la boda, alegando que Cuimbae pertenecía a la raza de los tupis, sus peores enemigos. La joven para no disgustar a sus padres, ocultaba su pesar y lloraba a solas. Pero un día desapareció de la casa, y sus padres alarmados , corrieron a donde estaba Cuimbae, sospechando que tuviese la determinación de escaparse. Pero el muchacho ignoraba el suceso; además no podía concebir que una joven tan discreta y cariñosa como Ñeambiú se hubiera fugado de la casa paterna. El joven contó que la noche anterior había tenido un sueño terrible: una mujer muy fiera, que representaba la desgracia, se había llevado a Ñeambiú a los montes del Iguazú. Como en los montes habitaba Caaporá, un monstruo que hacía desgraciados a quienes lo miraban, el infortunado padre exclamó: ¡Vamos al Iguazú a buscar a mi hija! ¡Se la ha llevado Caaporá! Tras él salieron todos repitiendo: - ¡Al Iguazú a buscar a Ñeambiú! ¡Se la ha llevado Caaporá! ¡A buscar a Ñeambiú! El clamoreo de los pájaros carpinteros, alborotados por la presencia de la gente, sacó de su refugio a la fugitiva, que se halló de pronto rodeada por los solícitos enviados por el cacique. Ellos trataron por todos los medios de persuadirla para que volviera junto a sus padres, pero Ñeambiú no les respondía: por el exceso de pena había perdido la voluntad y con ella el habla. Muda e impertérrita, volvió las espaldas y se internó de nuevo por el monte… Entonces el cacique y su esposa decidieron consultar al adivino de la tribu, Aguará-Payé: #YOMEQUEDOENCASA Ñeambiú está para siempre insensible y muda. Es preciso abandonarla a su destino –dijo Aguará. ¡NO, no! –protestaron los padres de la joven–. ¡Antes morir que abandonarla! ¡Al Iguazú, al Iguazú! ¡Todos al Iguazú! Comprendieron todos que Ñeambiú necesitaba una fuerte sacudida moral. Le anunciaron sucesivamente la muerte de algunos amigos, la de sus padres… Ñeambiú escuchaba muda, impasible, fría. Aguará-Payé observaba en silencio la triste escena. ¡Haz que sienta –le ordenó el viejo cacique. Obedeciendo la orden, Aguará-Payé se adelantó pausadamente y dijo a Ñeambiú: Cuimbae ha muerto… La joven se estremeció con la noticia. Exhalando la- mentos desgarradores, desapareció ante los asom- brados ojos de los que la rodeaban, quienes, domi- nados por el dolor, quedaron convertidos en sauces llorones. Ella, a su vez, se transformó en urutaú y vo- ló hasta la rama más vieja y deshojada de aquellos árboles para llorar eternamente su desventura. Desde entonces l urutaú o ave fantasma, que vive en Brasil, Paraguay y Argentina, llora todas las noches. Su voz es un chillido muy melancólico, que se oye a media legua de distancia, y lo repite durante la noche entera. Pocos la han visto en los montes, porque de día se mantiene inmóvil en las ramas secas de los árboles donde anida, y porque solo vuela en busca de alimento, durante las horas del crepúsculo y a la luz de la luna.

Respuestas

Respuesta dada por: tonycaco72
1

Respuesta:

Que bonita historia

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