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Respuesta:
aqui esta la respuerta
Explicación:
En las costas del Perú abundan los desiertos alrededor de valles paradisíacos regados por ríos torrenciales que bajan de los Andes. En una de estas planicies, en la vecindad del valle de Palpa, en la costa sur, dos arqueólogos descubrieron, en 1947, una serie de dibujos hechos con pequeñas piedras, de tan perfecto trazo, que aún es un misterio cómo pudieron componer estas figuras gigantescas —al parecer divinidades— sin disponer de altura para la perspectiva.
Pero donde radica, más que el misterio, el dato histórico por dilucidar, es en el gran número de rectas que señalan puntos relacionados con el solsticio y el equinoccio. Sin duda, sirvieron de calendario a los habitantes de la tierra de los Nazcas.
Al llegar los españoles a Nazca, encontraron huellas de una cultura ya incorporada al Imperio de los Incas. Si era un epígono de la de Tiahuanaco, o si tenía conexiones religiosas con Chavín y otros pueblos andinos, éstas eran tan remotas, que el tiempo había borrado la huella y dado a la cultura Nazca una personalidad propia.
Durante la Colonia nada hacía presumir que se hubiera desarrollado allí un arte de trascendencia histórica. Más tarde, en 1901, Max Uhle descubrió Cahuasi en un fértil valle, en la parte inferior del curso del Río Grande de Nazca. Ahí estaba el núcleo principal de esa antigua civilización revelada, sobre todo, por la cerámica de admirable pulimento. Hasta el vidriado, que los españoles llamaron “mayólica” por recordar la cerámica de Mallorca, de origen persa.
Hasta hoy sigue estudiándose el origen y desarrollo de la cultura y el arte Nazca. Cierta homología de grados de representación la enlaza o aproxima a otras culturas, sin alcanzar a darnos una indicación precisa sobre su historia y desarrollo.
La extensión de la civilización Nazca se cree que por el Norte llegó hasta Pachacamac y por el sur hasta Ica. Se señalan como límites, por el norte el río Pisco, por el sur el río Acarí. Su centro estaría situado en el río Grande de Nazca, teniendo como fondo el país de los Rukanos.
Fuera de estos límites, existen regiones lejanas donde aparecen ciertas influencias y modalidades de la cultura Nazca. De todas maneras, se puede asegurar que los Nazcas no permanecieron encerrados en sus fronteras. Existen inconfundibles puntos de contacto con otros estilos en los ornamentos y la representación de concepciones ideológicas. Lo que varía es el grado de adelanto técnico y sus preferencias artísticas.
Unos por medio del pincel otros por medio de la aguja, otros con el martillo, el cincel o la arquitectura, dan a conocer, cada cual a su manera, sus creencias, sus teogonías, mitos y costumbres.
La pictografía de arte Nazca, por el contenido social y religioso de su arte en las muestras de su mejor época, como la de Palpa, nos permite juzgar el indudable carácter totémico de su mitología. Abundan los personajes zoomorfos adornados con atributos aparentemente religiosos. La obra de arte, sujeta a las oscilaciones del medio y las deficiencias de los instrumentos técnicos, es útil para juzgar el grado de pujanza o limitación a que llega esta cultura, cuya historia no es posible precisar