Roma, año 60 d.C Estimado Filemón, compañero de trabajo: Te saludamos yo, Pablo, prisionero por la causa de Jesucristo, y nuestro hermano Timoteo. También les escribimos a nuestra hermana Apia, a Arquipo, nuestro compañero en la lucha por la fe, y a la iglesia que se reúne en tu casa. Que la paz y las bendiciones de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo estén con ustedes. Siempre doy gracias a mi Dios al recordarte en mis oraciones, porque he escuchado del amor que tienes por todo el pueblo santo de Dios y también de la fe que tienes en nuestro Señor Jesucristo. Le pido a Dios que tu participación en la fe sea tan activa que te sirva para conocer todo lo bueno que podemos hacer a favor de Cristo. Estoy muy contento y alegre porque con tu amor, hermano, has animado al pueblo de Dios. Así que aunque siendo tu hermano en Cristo puedo atreverme a decirte qué hacer, prefiero suplicártelo en nombre del amor. Yo, Pablo, ya viejo y ahora prisionero por la causa de Jesucristo, te pido un favor para Onésimo, quien aquí en la prisión se ha convertido en un hijo para mí. Antes, él no te era útil, pero ahora se ha vuelto muy útil para ti y para mí. Te envío de nuevo a Onésimo, pero hacerlo es para mí tan difícil como perder algo de mí mismo. Me gustaría que se quedara conmigo para que me ayudara en tu lugar mientras estoy prisionero por haber anunciado la buena noticia de salvación. Pero no quiero hacer nada sin tu permiso, para que no hagas el favor por obligación sino por tu propia voluntad. Tal vez Onésimo fue apartado de ti por un poco tiempo para que pudieras tenerlo de vuelta para siempre. Ya no vuelve como un esclavo, sino como algo más valioso que un esclavo: como un hermano querido. Yo lo aprecio muchísimo, pero tú lo apreciarás aún más, ahora como integrante de tu familia y también como hermano en el Señor. Si me consideras tu hermano en la fe, entonces recibe a Onésimo de nuevo, como si me recibieras a mí. Si Onésimo te ha tratado mal o si te debe algo, yo lo pagaré. Aquí pongo mi firma. Yo, Pablo, me comprometo a pagarte lo que Onésimo te deba, por no decir que me debes tu propia vida en la fe. Entonces, hermano, hazme este favor como seguidor del Señor; esto me levantaría el ánimo como hermano en Cristo. Te escribo esta carta, confiado en que harás lo que te pido y aún más. Prepárame también un lugar dónde quedarme, porque espero que Dios responda a sus oraciones de que yo pueda ir a visitarlos. Saludos de Epafras, un compañero de prisión por la causa de Jesucristo. También te mandan saludos Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis compañeros de trabajo. Que nuestro Señor Jesucristo los bendiga en abundancia. Atentamente, Pablo. ¿Qué aprendizajes para la vida te deja esta carta? por favor es para hoy
Respuestas
Respuesta dada por:
1
A mi me deja que hay que querer a todos como hermanos como Hermanos hay que visitar más a los que se encuentra sin el conocimiento y ayudarlo
Espero que te ayude.
Poneme como la mejor respuesta plis
Preguntas similares
hace 5 años
hace 5 años
hace 5 años
hace 8 años
hace 9 años