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Respuesta:
El principal aporte de las culturas en la construcción de una sociedad inter-cultural radica en aportar un conjunto de ideas, tradiciones y expresiones propias de cada idiosincrasia en un mundo multi-cultural, lo que enriquece el patrimonio cultural de la humanidad, y de cada país.
Respuesta:
La comprensión del fenómeno multicultural va más allá de la identificación de diferencias físicas, la asignación de estereotipos a los alumnos en función de sus países de origen o el reconocimiento de la diversidad lingüística.
El comportamiento de las personas es el resultado de la confluencia de características psicológicas (personalidad, historia de vida, motivación, creatividad, escenarios emocionales, etc.), características socioculturales (valores, creencias, tipos de socialización, códigos de lenguaje, contextos de pertenencia, etc.) y características cognitivas (formas de percepción, pensamiento, asociación y análisis, estrategias de aprendizaje, ritmos de desarrollo, conexiones entre conocimientos, etc.).
En el aula, la multiculturalidad se expresa por medio de diferencias entre alumnos que no son exclusivamente de tipo cultural, pero que no pueden explicarse ni entenderse sin considerar características socioculturales.
El docente en la escuela se encuentra ante la interculturalidad y la diversidad: el profesor ha de ser alguien capaz de reconocer la posibilidad de diferencias culturales en tareas escolares aparentemente sencillas y rutinarias. Así habrá de ser un docente capacitado para ejercer de mediador entre sistemas de valores distintos y con argumentos suficientes para justificar la asunción de unos valores en detrimento de otros.
La práctica educativa es una buena práctica intercultural si hay comunicación e intercambio en torno a la multiculturalidad, aun cuando la comunicación y el intercambio sirvan para mantener los valores dominantes. Así, no se trata de respetar la diferencia por sí misma, sino que lo importante es discutir cada posibilidad y ser capaz de argumentar la opción finalmente escogida.
La interculturalidad no consiste en cambiar lo existente ─aunque algunas veces pueda lleva a ello─, sino en interpretar lo existente desde la diversidad y gestionarlo desde el respeto.
La educación intercultural entonces promueve el respeto por todas las culturas, sabe de la existencia del conflicto presente por las desigualdades sociales, económicas y políticas, reconoce que nunca habrá una decisión unilateral en relación con este conflicto y acepta la complejidad de los fenómenos sociales como un caldo de cultivo que hay que saber orientar para producir transformaciones interesantes en los escenarios de socialización institucionalizados o informales.
La identidad específica en la interculturalidad es un derecho indiscutible y a la vez el punto de partida con el que se puede lograr que el intercambio sea equitativo y justo. Aquí no se busca homogenizar sino aceptar las diferencias y eso supone un alto grado de flexibilidad para que la divergencia sea el vínculo entre grupos culturales y sociedad.
Vivir la educación intercultural es aceptar la antinomia y la tensión permanente, dinámica, conflictiva, diversa entre sujetos particulares y colectivos con tendencias a la integración de la diferencia.
Explicación:
espero que te sirva