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En una motocicleta podemos distinguir varias partes: el motor, la suspensión, el cuadro, las ruedas, los frenos, las luces, etc. Cada una de estas partes a su vez está formada por muchas piezas distintas y más pequeñas, por lo cual podemos afirmar que la motocicleta es un producto tecnológico complejo. En cuanto al funcionamiento, podemos observar que cada parte de la motocicleta cumple una función diferente: el motor genera energía mecánica que transmite a las ruedas y las hace rodar, la suspensión amortigua los niveles del terreno, el cuadro es la estructura donde se sostienen las diferentes partes, la rueda trasera transmite el movimiento de traslación, los frenos reducen la velocidad del desplazamiento, las luces proporcionan la iluminación necesaria para desplazarse cuando hay oscuridad.
Sin embargo, a pesar de que cada una de estas partes desempeña una función diferente, entre todas hacen posible el cumplimiento de la función propia y específica de la motocicleta: transportar personas. Teniendo en cuenta que se entiende por sistema un conjunto de dos o más partes relacionadas entre sí que contribuyen, en forma organizada, al cumplimiento de una determinada función, podemos decir que la motocicleta es un sistema.