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En el siglo 17 temprano, el término fue utilizado por Inglaterra 's James I de estado que, si bien reconoció la existencia de español autoridad en las regiones del hemisferio occidental en el que España ejerce un control efectivo, se negó a reconocer las reclamaciones españolas a la posesión exclusiva de todo el territorio al oeste de longitud 46 ° 37 'O bajo el Tratado de Tordesillas .
Más recientemente, el principio se ha utilizado en la forma modificada uti possidetis juris para establecer las fronteras de los estados recientemente independientes garantizando que las fronteras siguieron los límites originales de las antiguas entidades territoriales de las que surgieron. El principio recién formulado se ha aplicado en numerosas regiones, como América del Sur , África , Yugoslavia y la Unión Soviética , en las que los gobiernos centrales se disolvieron, o después de la descolonización, el final de un mandato o el derrocamiento de la rulera imperial . Ese uso se originó en América del Sur en el siglo XIX con la retirada del Imperio español.. [2] Al declarar que se aplicaba uti possidetis , los nuevos estados buscaron asegurar que no hubiera terra nullius en América del Sur cuando los españoles se retiraron y reducir la probabilidad de guerras fronterizas entre los estados recientemente independientes y el establecimiento de nuevas colonias europeas .
El mismo principio se aplicó a África y Asia después de la retirada de las potencias europeas de esos continentes y en lugares como la Unión Soviética cuyos antiguos gobiernos centrales cayeron y los estados constituyentes obtuvieron la independencia. En 1964, la Organización de la Unidad Africana aprobó una resolución que establece que el principio de estabilidad de las fronteras, el principio clave de uti possidetis, se aplicaría en todo el continente. La mayor parte de África ya era independiente, por lo que la resolución era principalmente una directiva política para resolver disputas por tratados basados en fronteras preexistentes, en lugar de recurrir a la fuerza. Hasta la fecha, la adhesión al principio ha permitido a los países africanos evitar las guerras fronterizas; La notable excepción, la Guerra Eritrea-Etíope de 1998-2000, tuvo sus raíces en una secesión de un país africano independiente, en lugar de un conflicto entre vecinos descolonizados. [3] Por otro lado, las fronteras coloniales a menudo no siguieron las líneas étnicas, lo que ha contribuido a guerras civiles violentas y sangrientas entre los diferentes grupos étnicos en muchos países poscoloniales (y postxomunistas), incluido Sudán , elRepública Democrática del Congo , Angola , Nigeria , Uganda , Georgia , Azerbaiyán , Moldavia y la ex Yugoslavia . [4]