Jesús, la vid verdadera »Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Toda rama que en mí no da fruto, la corta; pero toda rama que da fruto la poda[a] para que dé más fruto todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que les he comunicado. Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí. »Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada. El que no permanece en mí es desechado y se seca, como las ramas que se recogen, se arrojan al fuego y se queman. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá. Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos. (Juan 15, 1-8)
1. Escribe la expresión que más te gustó del texto y ¿Por qué?
2. ¿Cuál es la semejanza del texto bíblico y la vida del hombre?
3. ¿Cómo se define Jesús en el texto bíblico?
4. ¿Cómo puede un hombre con sus actitudes permanecer unido a Jesús?
5. ¿Cómo crees que es tu relación con Dios?
6. ¿Qué relación hay entre la vid, las ramas de la vid y la Iglesia?
7. Cuál es tu aprendizaje del texto bíblico?
8. ¿Qué sucede en una comunidad cuando los pueblos no tiene sentido de pertenencia?
9. ¿Qué importancia tiene para ti la unidad de las comunidades?
10. ¿Qué valores le añadieras a la comunidad de tu barrio?
Respuestas
Explicación:
Jesús de Nazaret, también llamado Cristo,[Nota 1] Jesucristo o simplemente Jesús,[Nota 2] (provincia de Judea, Imperio romano; ca. 4 a. C.-Jerusalén, Imperio romano; 30-33 d. C.) fue un predicador y líder religioso judío del siglo i. Es la figura central del cristianismo y una de las más influyentes de la historia.
Prácticamente todos los historiadores de la Edad Antigua afirman la existencia histórica de Jesús.[Nota 3] Según la opinión mayoritariamente aceptada en medios académicos, basada en una lectura crítica de los textos sobre su persona, Jesús de Nazaret fue un predicador judío[Nota 4] que vivió a comienzos del siglo i en las regiones de Galilea y Judea, y fue crucificado en Jerusalén en torno al año 30, bajo el gobierno de Poncio Pilato.
La figura de Jesús está presente en varias religiones. Para la mayoría de las ramas del cristianismo, es el Hijo de Dios y, por extensión, la encarnación de Dios mismo. Su importancia estriba asimismo en la creencia de que, con su muerte y posterior resurrección, redimió al género humano. El judaísmo niega su divinidad, ya que es incompatible con su concepción de Dios. En el islam, donde se lo conoce como Isa, es considerado uno de los profetas más importantes, rechazando al mismo tiempo su divinidad. Las enseñanzas bahá'ís consideran a Jesús como una "manifestación de Dios", un concepto bahá'í para los profetas.[1] Algunos hindúes consideran que Jesús es un avatar o un sadhu.[2] Algunos budistas, incluido Tenzin Gyatso, el decimocuarto dalái lama, consideran a Jesús como un bodhisattva que dedicó su vida al bienestar de las personas.[3]