Mencione las consecuencias que llevó a los indígenas a vivir en la época colonial del siglo XV al XVIII
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Respuesta:Los conflictos en el periodo colonial tardío en las Huastecas
Existen constantes preguntas entre la historiografía social mexicanista, referidos a los pobres (¿grupos subalternos? ¿Posiblemente?), y la política, la violencia colectiva, su extensión y causas, así como los motivos que la desencadenaron, además de la mucha o poca participación de diversos sectores socioétnicos. Aun cuando las tesis de Barrington Moore y James Scott marcaron con sus aportes los análisis históricos que se han construido desde las década de los ochenta del siglo XX, creo que la mayoría de los pobladores de la Nueva España no vivían en un estado de violencia o resistencia, aun cuando estuvieran sometidos a castigos, crisis de subsistencia alimentaria, exceso de cobros tributarios o serios problemas en torno a la tierra. De esta manera, se ha considerado que los diversos registros archivísticos sobre violencia y crimen, sea individual o colectiva, es una forma eficaz de acercarnos a la vida de la “gente común”, ya que su papel en la historia no se ve reflejada más que en esos momentos por la documentación que se genera. Para decirlo con otras palabras, pareciese que en el momento en que los pobladores de un territorio o espacio social “chocan” con las diversas instancias gubernativas, es cuando sus acciones y vida dejan un legado documental, de ahí que los historiadores debamos hacer para saber, con base en esos momentos álgidos, si podemos recuperar la cotidianidad de las personas. Pero, como comenté anteriormente, el objetivo de este trabajo es observar la violencia colectiva en sí misma, cuyos elementos deben de considerarse como parte de un repertorio de comportamientos que se expresan a través del tiempo, con sus cambios y continuid .En los setenta años que se han considerado para este artículo, en las Huastecas se registraron cerca de 15 motines entre 1750 y 1820 (sin incluir las diversas manifestaciones a favor o en contra de la insurgencia), y los considero como tales, debido a que fueron brotes de violencia de corta duración que no tuvieron un alcance territorial amplio ni una fuerza organizativa, así como tampoco un líder detectable a los ojos de las autoridades y tampoco de los historiadores. Debido a la importancia que llegó a tener Papantla (no precisamente ubicada, pero cerca del espacio social que se analiza) en la(s) guerra(s) insurgente(s), creo que es importante considerarla dentro de este apartado, además de ser un punto estratégico, en el sentido de ser el paso para la barra de Tecolutla, lugar importante de contrabando.
En Papantla ocurrieron siete (1762, 1764, tres en 1767, 1773 y 1787); dos en Chicontepec (Ilamatlán en 1750 y Huayacocotla en 1784) y seis en Huejutla (Yahualica en 1788, 1789, 1792 y 1800; Huazalingo en 1789 y 1820). El periodo de las tensiones sugiere una mayor presión sobre la población indígena debido a las reformas fiscales borbónicas, reflejadas en la creación de monopolios (tabaco), nuevos impuestos y una cobranza más eficiente de éstos, así como del tributo y de las obvenciones parroquiales. No se descarta que los motines locales fueran resultado de la explotación, de injusticias por ambiciones de poder, o de luchas por el poder entre personalidades de la localidad (españoles o indígenas), como sucedió en Papantla y Yahualica.
El segundo caso ocurrió en Papantla en 1787, cuando un prominente comerciante local, denunció como desocupadas las tierras de cinco pueblos sujetos a Papantla: San Pedro, Cazones, Cabezas, Tecolutla y Las Bocas. En un primer momento las autoridades le otorgaron las tierras por lo que el gobierno indígena protestó. Al no ser escuchadas sus demandas, los indígenas se amotinaron. La Audiencia decidió entonces cancelar la venta y reconocer que las tierras pertenecían a los pueblos sujetos.
En los conflictos de 1764, 1767 y 1787 sucedidos en Papantla aparecieron varios detonantes, siendo el central, el papel que desarrollaron las autoridades coloniales en los repartimientos de comercio, al adelantar financiamiento a los indígenas, el cual era proporcionado por los comerciantes a cuyo favor se hipotecaba la cosecha.
Otro factor que provocó la violencia fue la molestia de los indígenas contra los funcionarios del monopolio real del tabaco, que complicó más las cosas, y que junto con los otros factores llevó en 1787 a la toma violenta del pueblo por parte de los indígenas.5 Los maquines organizaron el movimiento a la voz de “contra los guardias del estanco de tabaco”.6 En la investigación posterior a la violencia desatada, surgió el problema de las elecciones del gobierno indígena, manipuladas por las autoridades civiles para poder controlar el comercio. Además había obligado a los indígenas a quemar las siembras de tabaco para sembrar vainilla, producto que por entonces se exportaba a Europa.