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Respuesta:
Cuando David era muy joven, el rey Saúl perdió el favor de Dios pues había desobedecido sus directivas. Entonces éste ordenó al profeta Samuel que fuera a Belén donde debía buscar al que sería ungido como futuro rey. Cuando el profeta vio a David (que entonces era un adolescente), supo de inmediato que ése era el elegido por Dios. Y allí, delante de su padre y hermanos mayores, lo ungió como futuro rey de Israel, cuya misión sería unir a las doce tribus que lo constituían y formar un solo reino.
Luego de muchas vicisitudes - entre ellas, haber dado muerte al gigante Goliat armado sólo con su honda- y ya fallecido el rey Saúl, David se dispuso a cumplir su misión de unir a las doce tribus de Israel bajo un solo reino. Una vez reconocido por los líderes de todas las tribus, David conquistó la fortaleza de Jebus y la hizo su capital. Una ciudad que pasó a ser conocida como la Ciudad de David y, posteriormente, Jerusalén.
El rey David era el líder de una teocracia que pretendía instalar «el reino de Dios en la Tierra» y quiso construir un templo para adorar a Jehová, pero el profeta Natan le dijo, por orden de Dios, que el templo debía esperar una generación, pues se habían cometido muchos crímenes.
Eso sí, Dios prometió al rey que su estirpe nunca se extinguiría y así sucedió. De hecho, Jesús era descendiente directo de la Casa de David.
Explicación:
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