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DIOS ESCOGE A MOISÉS PARA LIBERAR A SU PUEBLO
El faraón, lleno de ira con los israelitas, mando a matar a todos los niños hombres recién nacidos del pueblo de Israel, pero uno de esos niños fue salvado milagrosamente de las aguas del río Nilo por la hija del Faraón, quien lo adoptó y le puso por nombre Moisés, que significa “salvado de las aguas”. Por esta razón Moisés fue criado y educado en la corte del Faraón.
Cuando Moisés era ya hombre salió a visitar a sus hermanos de raza y se dio cuenta de que sus trabajos eran muy duros. De pronto vio que un egipcio estaba golpeando a uno de sus hermanos hebreos. Entonces miró bien por todos lados y, al no ver a nadie por allí, mató al egipcio y lo enterró en la arena. Al día siguiente volvió a salir, y vio que dos hebreos estaban peleando. Entonces preguntó al que maltrataba al otro: _¿Por qué golpeas a uno de tu propia raza?
Y aquel hebreo le contesto: _¿Y quién te ha dicho que tú puedes mandarnos o decirnos lo que está bien o está mal? ¿Acaso piensas matarme, como mataste al egipcio?
Al oír esto, Moisés tuvo miedo, pues se dio cuenta de que ya se había descubierto la muerte del egipcio. En efecto, en cuanto el faraón supo que Moisés había asesinado a un egipcio, lo mandó a buscar para matarlo; pero Moisés huyo y se fue a vivir a la región de Madián.
Moisés cuidaba las ovejas de su suegro Jetro, que era sacerdote de Madián, y un día las llevó a través del desierto y llegó hasta el monte de Dios, que se llamaba Horeb. Allí se le apareció el Señor en una zarza que ardía con el fuego , pero que no se consumía. Entonces pensó: “¡Qué cosa tan extraña! Voy a ver por qué no se consume la zarza”.
Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:
_¡Moisés! ¡Moisés!
_ Aquí estoy _contesto Moisés.
Entonces Dios le dijo: _No te acerques. Y descálzate, porque el lugar donde estás es sagrado. Y añadió: _Yo soy el Dios de tus antepasados. Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.
Moisés se cubrió la cara, pues tuvo miedo de mirar a Dios, pero el Señor siguió diciendo: _Claramente he visto cómo sufre mi pueblo que está en Egipto. Los he oído quejarse por culpa de sus capataces, y sé muy bien lo que sufren. Por eso he bajado, para salvarlos del poder de los egipcios, voy a sacarlos de ese país y a llevarlos a una tierra grande y buena, donde la leche y la miel corren como agua. Es el país donde viven los cananeos. Por lo tanto, ponte en camino, que te voy a enviar ente el faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los israelitas.
Moisés, confiando plenamente en la protección de Dios, se presentó ante el faraón para pedirle, en nombre de Dios, que dejara salir de Egipto al pueblo de Israel. Pero el faraón se negó a dar la libertad a los israelitas, y por el contrario les aumentó los trabajos y castigos.
Ante la desobediencia del faraón, Dios lo castigó enviando sobre Egipto nueve plagas, que hicieron sufrir a los egipcios, de esta manera Dios demostró su gran poder para salvar a su pueblo.
Pero como el faraón no cedía Dios le ordenó a Moisés que cada casa de los hebreos o israelitas se sacrificara un cordero y se marcara con su sangre la parte superior de las puertas.
Dios les dijo: “Esta noche pasaré yo por la tierra de Egipto y mataré a todos los primogénitos de Egipto, tanto de hombres como de animales… La sangre servirá de señal en la casa donde estéis. Al ver yo la sangre pasaré de largo y no habrá entre vosotros plaga de muerte”. (Exodo 12, 12-13) Con esta se cumplió la decima plaga con la que el Señor castigó a los egipcios.
El faraón al ver a su hijo muerto, se sintió vencido y ordenó la salida del pueblo de Israel.
Desde entonces el pueblo de Israel, siguiendo el mandato de Dios, debe celebrar cada año la fiesta de PASCUA, sacrificando un cordero y recordando el día en que Dios lo libró de la esclavitud de Egipto.
El pueblo de Israel partió gozoso a Canaá, la tierra prometida; atravesó el desierto durante muchos días, pero cuando estaban por llegar al Mar Rojo se llenaron de temor al darse cuenta de que el faraón con su ejército los perseguía. Entonces Dios interviene para protegerlos y le dice a Moisés: “Alza tu cayado, extiende la mano sobre el mar y divídelo para que los hijos de Israel pasen por medio del mar, en seco” (Éxodo 14, 16)
Y los israelitas pasaron sin ningún problema, quedando el ejército del faraón sepultado en el mar.
Durante su larga peregrinación por el desierto, Dios alimentó a su pueblo milagrosamente para que no padecieran de hambre o sed. Además en el día el Señor los acompañaba en una columna de nube para señalarles el camino, y en la noche una columna de fuego para alumbrarlos.
Respuesta:
Muchos años después de morir Abraham, el pueblo de Israel se estableció en Egipto. Allí
la situación fue empeorando para ellos, pues llegaron a vivir como esclavos. Era un pueblo
totalmente sometido al poderío de los faraones. Pero los planes de Dios eran muy
distintos: él escogió a Moisés para liberar a su pueblo. Una madre hebrea escondió en
una canasta a su hijo para liberarlo de la muerte y lo puso en el rio, para que la corriente
se lo llevara.
La hija de faraón que se encontraba en el rio vio la canasta y salvo al bebé poniéndole
el nombre de MOISËS que quiere decir: “salvado de las aguas” y lo educó en la corte del
faraón. Esta situación le permitió tener una amplia cultura, conocer la política y
geografía de los pueblos que le servirían para su futura misión. Más tarde, moisés se
enteró de su verdadero origen, por eso en cierta ocasión cuando vio como maltrataban
a un israelita lo defendió y en la discusión mato al egipcio. Por eso huyo del país a la
ciudad de Median, allí se dedicó a cuidar ovejas y se casó con Séfora la hija de Jetro.
Después de un tiempo Dios llamó a Moisés para una misión muy importante: Liberar a su
pueblo de la esclavitud.
Dios quiso probar a su pueblo sometiéndolo a dificultades de un largo peregrinar por
el desierto para purificarse y probar su fidelidad a los mandamientos.
En medio de esas dificultades y pruebas, Dios no abandona jamás a su pueblo les guía por
el desierto, les alimenta con un misterioso alimento celestial (el maná) hace fluir agua
milagrosamente para calmar su sed. Al cumplirse el tercer mes de marcha llegaron los
israelitas al pie del monte Sinaí al sur de la península de Arabia donde Dios se manifestó
en toda su gloria y majestad ante Moisés y su pueblo para concertar con ellos su santa
alianza.
Entonces Yavé ordenó a Moisés que subiera a lo alto del monte, acompañado
de Aarón para recibir su santa ley. Cuando estaban allí hablo Dios nos dio los diez
mandamientos.
Es en el Sinaí donde Dios entrega a su pueblo escogido la ley que debería cumplirse
resumida en diez mandamientos. La fidelidad a estos mandamientos y a Dios como único
señor son el centro de la nueva amistad que ofrece a Dios a su pueblo.
la historia de Israel en el desierto es semejante a la vida del cristiano. En la vida de cada
hombre aparecen muchas veces dificultades, enfermedades, incomodidad, disgustos.
Dios permite esas dificultades, para purificar a los hombres y probar nuestra fidelidad y
nuestro amor hacia él. Las dificultades bien llevadas nos acercan a Dios. Los israelitas
permanecieron dos años al pie del monte Sinaí, luego se dirigieron a Palestina, y allí en
aquella región desértica permaneció el pueblo de Israel durante treinta y ocho años, los
israelitas no supieron esperar con paciencia, el desierto se les hizo insoportable y
entonces comenzaron a:
✓ Desconfiar de las palabras de Dios a Moisés
✓ Murmurar contra Moisés
✓ Tentar a Dios para arrancarle un milagro
✓ Olvidar las grandes maravillas que Dios había hecho por su pueblo.
Ante las dificultades y tentaciones que se le presentaron, en lugar de confiar en
Dios, perdieron la esperanza y se apartaron de él, igual que los antiguos paganos que
adoraban divinidades grotescas y ridículas muchos hombres de nuestro tiempo, tienen
sus propios ídolos, entregan su corazón a dioses falsos como el dinero, la impureza, el
afán de poder, etc. Quienes viven así, tienen el corazón apartado de Dios y puesto en
esas cosas. Estas personas viven en pecado.
Todo lo que relata el antiguo testamento es una preparación para la llegada del señor
Jesús como salvador. Los profetas van anunciando su llegada y preparan al pueblo de
EDUCACION RELIGIOSA
Israel para acogerlo. Con la promesa de una alianza nueva y definitiva se anuncia y se
promete la venida de un salvador para la humanidad entera
Explicación: