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cuál es la relación entre sociedad civil y sociedad políticae según la lectura​

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Respuesta dada por: thanatoz
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Tengo en mis manos una de muchas fotos impactantes de la caída del Muro de Berlín. A unos metros de la puerta de Brandenburgo, cientos de personas derrumban un símbolo de opresión. Tiempos en los que el resurgimiento contemporáneo de la sociedad civil desactiva totalitarismos. Un cambio de época, iniciado poco antes con el florecimiento de partidos políticos y asociaciones ciudadanas en autoritarismos de Europa y América latina.24

Estas "transiciones desde un gobierno autoritario" conjugan la pluralidad de partidos y organizaciones de la sociedad civil (OSC) como señales inequívocas de conquista de la democracia. A unos y otras se reconoce (y financia) públicamente su aporte a la ruptura de un orden que comenzará a ser diferente. La consolidación del cambio, la estabilidad de la democracia electoral, complejizará, sin embargo, los servicios democráticos de los partidos y la sociedad civil. La sola presencia de partidos y grupos ciudadanos parece no ser suficiente para que la democracia vaya a más. Las celebradas democracias partidarias, se "descubre", pueden ser poco democráticas (Martínez, 2009c), y las muchas OSC no conjuran retrocesos democráticos como la difusión de instituciones contramayoritarias o independientes del control electoral (bancos centrales, instancias supranacionales, agencias reguladoras). Se sabía de las tensiones entre partidos y democracia. Se admite ahora que la sociedad civil no es inmune a esos cortocircuitos.

La revisión crítica del potencial democrático de la sociedad civil rebusca entre hipótesis y presupuestos entusiastas que, bien mirados, siempre cargaron con ambigüedades (Prud'homme, 2000; Escalante, 2000b; Salazar, 1999) y paradojas no muy alejadas de las de los partidos (Reveles, 2009b).

En una de sus últimas obras, Charles Tilly (2010) subraya, por ejemplo, inconsistencias en el enlace entre participación cívica (capital social) y democracia que el trabajo de Putnam (2003) hiciera popular. Putnam, revisita Tilly, teoriza sobre un doble desliz y una omisión metodológica. Conceptualmente, "Putnam interpreta las instituciones gubernamentales más efectivas como las más democráticas (y) trata las redes organizativas, el capital social, las normas de reciprocidad y las estructuras de confianza como equivalentes" (Tilly, 2010: 127). Pero la probable alianza participación cívica-democracia, detecta Tilly, luce apresurada cuando Putnam "nos dice bien poco acerca de las conexiones causales entre democracia y confianza" (Ídem).

Leída con calma y cuidado de la importancia de los mecanismos causales en la explicación en ciencias sociales (Elster, 2010), la crítica de Tilly es de lo más pertinente. Si no toda asociación civil es por definición un actor democrático, cómo derivar de ellas la causa de la democracia. La relación no es directa; no puede ser determinada sin considerar otros factores como: tipo y calidad de las asociaciones (antecedentes de su constitución, intereses y dinámicas); tipo y calidad del régimen, Estado o espacio público donde esas asociaciones nacen e interactúan.

Complejizada de este modo la relación sociedad civil-democracia, el caso de México resulta un buen ejemplo de las paradojas y reveses democráticos de las OSC. Recupero de entre especialistas algunas de estas contradicciones.

La sociedad civil en México está altamente organizada,25 pero son cada vez más frecuentes los movimientos que se producen fuera de ella (lo que indicaría que) "las organizaciones existentes no logran canalizar los conflictos porque tienen escasa legitimidad o porque no logran traducir los proyectos y las necesidades de la población" (Bizberg, 2010: 22).26 Alberto Olvera (2010: 182) frasea con mayor crudeza la misma ironía: "los sectores prodemocráticos de la sociedad civil [...] exhiben durante los años recientes una diversificación notable en términos de agendas y espacios de acción, lo cual coincide, paradójicamente, con la pérdida de su presencia pública (y) escasos resultados políticos en términos de contribuciones a la consolidación democrática".

Poner en suspenso analítico la confluencia empírica participación ciudadana-democracia lleva a Bizberg (2010: 56) a develar otra paradoja: "luego de un periodo durante el cual las OSC se fortalecieron, éstas han retrocedido a partir de la alternancia". Este contratiempo obedecería a diferentes razones:

1. Enclaves autoritarios (Bizberg, 2007): una inercia de control social mediante organizaciones corporativas y clientelares subordinadas al Estado aun después de la alternancia en la presidencia.

2. El tipo de "transición votada", que democratizó el régimen electoral y el juego partidario, pero no fue igualmente exitosa para reestructurar las relaciones de poder que constituyen la sociedad. La competencia y pluralismo partidistas así conseguidos, no son obstáculo cuanto fuente de un sistema de partidos sólido

Explicación:

Respuesta dada por: valdescristy
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Respuesta:

pues que ambos buscan, el respeto a los derechos humanos, la ayuda

al consumidor, mejoramiento de la comunidad, etcétera.

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