10 características importantes donde resaltes como la iglesia alcanzo gran poder
durante la época medieval
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Respuesta:
Cristiandad e Iglesia
Hace unos mil años casi toda Europa Occidental empezó a llamarse la cristiandad, porque todos sus reinos acataban la autoridad del Papa y todos sus habitantes profesaban el cristianismo. Todos los territorios cristianos se consideraban un único imperio y sus figuras más importantes eran el Papa y el emperador. La Iglesia era entonces muy poderosa; los obispos y los abades poseían grandes extensiones de tierra; los clérigos, que eran casi las únicas personas cultas, se encargaban de educar a los jóvenes, socorrían a los pobres y era los principales consejeros de los reyes.
Los otros credos
A pesar de que en el siglo XI Europa Occidental era en su mayoría cristiana, existía una minoría que lo no era: judíos y musulmanes.
Los judíos vivían dispersos en muchas ciudades europeas dedicados, sobre todo, al comercio. Este grupo religioso no era muy querido. Los cristianos lo toleraban aunque, en muchas ocasiones, los persiguieron por sus ideas.
Desde el siglo VIII, los musulmanes ocupaban casi toda España. Allí formaban un grupo muy poderoso cuya capital se hallaba en la ciudad de Córdoba.
musulmanes orando
La organización de la Iglesia en la Edad Media
La Iglesia en la Edad Media tenía mucho poder. Esto se debía a su enorme riqueza, a su clara organización y a us importancia cultural, que se contraponía al desorden, la ignorancia y la violencia de la sociedad feudal. Todos los miembros de la Iglesia conformaban el clero, que se dividía en dos: el clero secular y el clero regular. El jefe espiritual de todos era el Papa.
Cluny, el espíritu de reforma
La primera reforma partió de la abadía de Cluny, fundada el año 910. Los monjes de Cluny optaron por la protección exclusiva del Papa (y no la del obispo o la del señor feudal) y reforzaron la autoridad del abad.
Bajo estas reformas nació la orden cluniacense, que se extendió con rapidez en Europa. En su momento de máxima popularidad, a comienzos del siglo XII, poseía cerca de 1500 monasterios, todos ellos bajo la autoridad del abad de Cluny.
La expansión e influencia de la orden cisteriense se debió, en gran parte, a la actividad de San Bernardo. Este personaje entró a la abadía de Citeaux en el año 1112 y tres años más tarde, escogió un lugar para fundar un nuevo monasterio del cual fue el primer abad: la abadía de Claraval. San Bernardo, apoyado por el Papado, ejerció una enorme influencia combatiendo las herejías. Fue también, un profundo pensador y escritor: dejó más de 350 sermones y alrededor de 500 cartas. Mientras hacía esto, gobernaba su abadía de 700 monjes. Al morir, la abadía de Claraval tenía al menos 68 monasterios que dependían de ella.
La fe en la Edad Media
Con las reformas eclesiásticas, la Iglesia católica alcanzó un poder supremo en el siglo XII. Su triunfo se debió, también, a la ola de fervor cristiano que envolvió a las clases más humildes.
La fe se fundaba en la esperanza de una vida mejor. La veneración a la Virgen, a los santos y a las reliquias que, según se creía, podían obrar milagros, e difundió por toda la cristiandad.
Por otro lado, la Iglesia orientaba a sus feligreses, evitando que cayeran en herejías o falsas creencias. Para conseguirlo contaba con dos poderosas armas: la excomunión y la Inquisición.
A través de la excomunión se expulsaba de la Iglesia a todo aquél que no obedecía sus ordenes. El excomulgado no podía recibir sacramentos, y quedaba fuera de la ley divina. La excomunión fue el peor castigo de la Edad Media.