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Respuesta:
El siglo xvi d. C. (siglo decimosexto después de Cristo) comenzó el 1 de enero de 1501 y terminó el 31 de diciembre de 1600. Es llamado el «Siglo de las Colonias». Comenzó con el año juliano de 1501 y finalizó tanto en el calendario juliano o del gregoriano 1600 (dependiendo del cómputo utilizado; el calendario gregoriano introdujo un lapso de 10 días en octubre de 1582).[1]
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El siglo xvi d. C. (siglo decimosexto después de Cristo) comenzó el 1 de enero de 1501 y terminó el 31 de diciembre de 1600. Es llamado el «Siglo de las Colonias». Comenzó con el año juliano de 1501 y finalizó tanto en el calendario juliano o del gregoriano 1600 (dependiendo del cómputo utilizado; el calendario gregoriano introdujo un lapso de 10 días en octubre de 1582).1
Vio a España y Portugal explorar el denominado "Nuevo Mundo". Con la conquista y sometimiento de los imperios Azteca, Muisca, Maya e Inca, el Imperio español extendió sus dominios desde la actual California hasta el río Biobío en Chile, siendo el imperio global más extenso durante 300 años. En general, el siglo XVI fue un período de auge económico para Europa.
España se erigió como la superpotencia de ese siglo y reunió un imperio gigantesco, con posesiones por todo el mundo. Alcanzó su apogeo al anexionar el Imperio portugués. Dominó extensísimos territorios americanos, desde los actuales Estados Unidos hasta la zona de Chile y Argentina, posesiones alrededor de África, numerosas colonias en Asia fruto de la conquista de Portugal. Además de media Italia, los Países Bajos, la Borgoña, etc.
Francisco I de Francia
A raíz del descubrimiento de América a finales del siglo XV, el siglo XVI prosiguió con las grandes exploraciones, principalmente españolas y portuguesas, por el Nuevo Mundo, el Pacífico, Asia, etc. España completó la primera vuelta al mundo de la Historia. La economía se globalizó, creándose un primitivo capitalismo.
En Europa, las reformas protestantes discutían la autoridad del papado y de la Iglesia católica. En Inglaterra, el autoritario Enrique VIII separó la autoridad papal de su reino, y se estableció como cabeza de la Iglesia anglicana para poder divorciarse. Estas guerras religiosas provocaron más adelante, en el siglo XVII, la guerra de los Treinta Años, que acabó con la supremacía de la Casa de Habsburgo en Europa. Mientras tanto, en Oriente Próximo, el Imperio otomano bajo Suleimán el Magnífico seguía avanzando en Europa tras la conquista del Imperio Bizantino.
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