3. Ponga las comas, puntos y seguido y puntos y aparte. Por supuesto, deberá poner también las mayúsculas correspondientes en los sitios adecuados: Cuando era pequeño solía ir a esa tienda era una de esas diversiones favoritas le gustaba mirarlo todo aunque nada comprase su mayor fascinación consistía en tratar de adivinar cuántos caramelos contendría cierto gigantesco vi trolero una tarde encontró un billete de una alta denominación tirado cerca de un árbol dudó un rato antes de levantarlo al fin se animó en un rápido movimiento lo levantó y lo metió a su bolsillo luego con paso alegre se encaminó a la tienda a nadie en casa le dijo de su hallazgo permaneció encerrado hasta la hora de la cena cuando luego de lavar sus manos concienzudamente se unió a la familia que ya se encontraba reunida en torno a la mesa la vista del humeante plato de avena le provocó tal náusea que tuvo que correr al baño al salir estaba tan pálido y tenía tal retortijón que los alarmó a todos un rato después su misteriosa y súbita enfermedad era aclarada por el médico quien sonriente
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Respuesta:
Cuando era pequeño, solía ir a esa tienda, era una de esas diversiones favoritas, le gustaba mirarlo todo aunque nada comprase. Su mayor fascinación consistía en tratar de adivinar cuántos caramelos contendría cierto gigantesco vitrolero.
Una tarde encontró un billete de una alta denominación tirado cerca de un árbol, dudó un rato antes de levantarlo. Al fin se animó, en un rápido movimiento lo levantó y lo metió a su bolsillo, luego, con paso alegre, se encaminó a la tienda. A nadie en casa le dijo de su hallazgo, permaneció encerrado hasta la hora de la cena cuando luego de lavar sus manos concienzudamente, se unió a la familia que ya se encontraba reunida en torno a la mesa. La vista del humeante plato de avena le provocó tal náusea que tuvo que correr al baño, al salir estaba tan pálido y tenía tal retortijón que los alarmó a todos, un rato después su misteriosa y súbita enfermedad era aclarada por el médico quien sonriente.
Respuesta:
Cuando era pequeño solía ir a esa tienda, era una de esas diversiones favoritas, le gustaba mirarlo todo aunque nada comprase. Su mayor fascinación consistía en tratar de adivinar cuantos caramelos contendría ése gigantesco frasco de color verdoso.
Una tarde encontró un billete de una alta denominación tirado cerca de un árbol, dudó un rato antes de levantarlo. Al fin se animó, en un rápido movimiento lo levantó y lo metió a su bolsillo, luego, con paso alegre se encaminó a la tienda. A nadie en casa le dijo de su hallazgo, permaneció encerrado hasta la hora de la cena. Cuando, luego de lavar sus manos concienzudamente, se unió a la familia que ya se encontraba reunida en torno a la mesa, la vista del humeante plato de avena le provocó tal nausea que tuvo que correr al baño. Al salir estaba tan pálido y tenía tal retortijón que los alarmó a todos. Un rato después su misteriosa y súbita enfermedad era aclarada por el médico quien sonriente le explicó que aun cuando sean los más finos que existen nadie puede comerse impunemente tres kilos de chocolate en una sola sentada.
Explicación:
Copie el de arriba y cambie algunas cosas que no me cuadraron.