Respuestas
Respuesta:
Que la libertad de un individuo empieza donde acaba la del otro es, además de principio sólido de la democracia, la razón principal por la que muchos productos lograron poner patas arribas el mercado. Es el caso de los desodorantes y antitranspirantes. Porque no, el sudor no es malo. Pero habría que preguntar al vecino -y a uno mismo- cómo de perjudicial puede llegar a ser el olor que, a veces, se desprende de la axila. "La exudación responde a una función fisiológica. Ayuda a regular la temperatura", explica a ZEN el doctor Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral: "Sin embargo, hay personas que ante situaciones de mínimo estrés o tensión rompen a sudar. En este caso, la secreción no cumple ningún cometido".Debates a un lado -nadie tiene del todo claro si maquillar con productos el sudor podría ser considerado censura-, lo cierto es que los desodorantes y antitranspirantes empezaron a comercializarse allá por el siglo XIX, en Filadelfia. Desde ese momento, el número de marcas y formatos -spray, roll-on, piedra- no ha hecho más que multiplicarse. Hasta hoy.
Explicación:
NO ES NOSIVO
Respuesta:
Los antitranspirantes se encargan de reducir la cantidad de sudor que producimos. Para conseguirlo, se usan estos compuestos de aluminio que bloquean temporalmente los extremos de los conductos excretores de las glándulas sudoríparas