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Respuesta:
La justicia y la solidaridad son dos valores complementarios. Justicia significa, básicamente, igualdad y libertad, pero también ser justo es ser tolerante, ya que se reconoce la dignidad fundamental de cualquier vida humana
Explicación:
Cuando uno se pone a hablar de la justicia, la solidaridad y la paz lo
primero que tiene que reconocer es que el funcionamiento de la sociedad
actual es extremamente complejo y que las relaciones existentes entre esas
tres realidades son intrincadas. Ya pasó el tiempo en el que Superman, o el
Sheriff justiciero del típico pueblo del Oeste con la estrella de la ley colocada
en el pecho, resolvían las situaciones conflictivas, instauraban la justicia y,
provocando la conversión del bandido o su paso a la cárcel, volvían a poner
las cosas en su sitio y todo recuperaba su orden normal y pacífico.
Hoy las cosas no son así y si esta misma tarde entras en la Red, te vas
al buscador más famoso y más rápido y tecleas “justicia y solidaridad”
saldrán aproximadamente unas 29000 entradas referidas a gran variedad de
temas que abarcan una parte muy importante de la situación social actual.
Algunas bastante alejadas del contexto vital en el que se desenvuelve la
gran mayoría de la gente, como pueden ser las relaciones internacionales, la
venta de armas, el 0’7 % del PIB destinado al desarrollo, etc.; y otras
mucho más próximas que afectan de modos diferentes. Por ejemplo, el
empleo temporal, las campañas contra el hambre en el mundo, la
emigración, las relaciones entre las autonomías españolas, el comercio
justo, la discriminación de la mujer, la violencia doméstica, el consumo...
No hace falta perder mucho tiempo comprobándolo, pero nunca se ha
hablado tanto de justicia, de solidaridad, de paz, de derechos humanos, de
libertad... como en los tiempos presentes. Y también es verdad que nunca
se han burlado tanto. Algunos estudiosos del tema dicen que éste en un
periodo de crisis de la sociedad universal que sobrevendrá a un cambio de
civilización. La esquizofrenia entre lo que se dice y lo que se hace es uno de
los síntomas de la crisis en el modelo de desarrollo actual.
Es el momento de dar datos que muestren cómo andan las cosas: los
millones de seres humanos que han muerto en las guerras del último siglo,
los millones de personas que han traspasado el umbral de la pobreza y se
han instalado en la miseria, viviendo con un paz de dólares al día, -por cierto
un reciente informe de Cáritas Española alerta, una vez más, de los millones
de personas que viven en el límite de la pobreza en este estado de
bienestar- los cientos de miles de niños que mueren cada día de inanición o
que quedan huérfanos del Sida, etc. También es la oportunidad de hacer
tablas y gráficos que muestren la progresiva separación entre los ricos y los
pobres, lo que gasta y gana un rico y lo que hace un pobre, el dinero que
nos gastamos en lotería y juguetes cada Navidad... pero no lo vamos a
hacer. No porque no nos provoque un profundo malestar, sino porque tanto
repetir cifras puede acarrearnos insensibilidad. Además, las cifras cambian y
enseguida se quedarían desfasadas, siendo que se encuentran actualizadas
con facilidad.
La justicia y la solidaridad son dos valores complementarios. Justicia significa, básicamente, igualdad y libertad, pero también ser justo es ser tolerante, ya que se reconoce la dignidad fundamental de cualquier vida humana.