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Respuesta:
La Revolución de 1904 fue la última guerra civil que se vivió en el Uruguay, así como la más sangrienta y decisiva en la suerte del país en el siglo XX, cuya finalización determinó, entre otras consecuencias, un nuevo orden como la imposición de los valores eminentemente urbanos e intelectualistas
Explicación:
Respuesta:YO TE AYUDO
Resumen de la guerra civil en Uruguay en 1904
Los primeros ocho meses de batalla dieron a los revolucionarios una ventaja en el conflicto, pero el 1º de setiembre de 1904, Saravia fue herido de bala en la llamada Batalla de Masoller, y falleció el 10 de setiembre. La desaparición del caudillo desarticuló al ejército nacionalista y provocó el fin de la revolución. En aquellos instantes angustiosos, un jefe llegó a pronunciar estas terribles palabras: "Este es un ejército saravista. Caído Saravia, es imposible mantener su cohesión".
Después de Masoller, el ejército blanco se somete. El Partido Nacional renuncia a sus posiciones inconstitucionales. El gobierno recobra toda su autoridad y la política de coparticipación queda abolida. La firma de la paz de Aceguá, que puso fin a la guerra civil, deja definitivamente asentado el modelo urbano en Uruguay.
La destrucción material producida por la revolución fue muy importante, se registraron pérdidas cuantiosas en ganado y alambrados y dispersión de la mano de obra. Se produjo una paralización de la refinación del ganado, la baja de los precios de cueros y haciendas, la detención de tareas del primer frigorífico y la anulación del crédito bancario para el campo.
Pero hubo también consecuencias institucionales. Se consolida la unidad del Estado. El triunfo colorado implicó la finalización de la política de coparticipación en los gobiernos departamentales, la consolidación del poder central y la unificación política y administrativa del país. Termina la dicotomía Montevideo-El Cordobés. El afianzamiento del poder del Estado será ya definitivo y lo usufructuará el Partido Colorado, gracias a su victoria sobre los blancos.
El vencedor de la guerra civil y presidente de la República, J. Batlle y Ordóñez, recoge naturalmente la jefatura de su partido, y se instala un gobierno excluyente de partido. De acuerdo con sus ideas, la coparticipación con el Partido Nacional se dejará completamente de lado: "Reputo errónea la teoría de la política de coparticipación, según la cual los ministerios deben constituirse, en parte, con hombres de opiniones y tendencias contrarias a las del poder ejecutivo", expresó.