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Explicación:
Presentación
En el contexto social actual, caracterizado por las múltiples implicaciones de la globalización, el término identidad se ha convertido en uno de los vocablos empleados con mayor frecuencia, no sólo en el lenguaje de los científicos sociales, sino también en el discurso político, en el arte, en el cine. Los trabajos de investigación y los foros de discusión en los que se aborda la cuestión identitaria se han incrementado, y frente a ellos escuchamos que los políticos y, en general, los dirigentes de diversas organizaciones hacen referencia constantemente a la necesidad de fortalecer la identidad; sin embargo, no siempre se precisa lo que se entiende por identidad, lo cual impide la comprensión de este fenómeno en su justa dimensión.
El proceso de globalización ha generado, por un lado, nuevas identidades como resultado de la apertura de fronteras y por otro, la reivindicación de lo propio, por parte de ciertos grupos que se resisten a abandonar su cultura. Los Estados–nación enfrentan un gran desafío: la búsqueda de mecanismos a través de los cuales puedan convivir con esquemas simbólico–culturales diferentes y hasta contradictorios.
La implementación de acciones estatales respecto a las nuevas identidades, su fragmentación o revitalización tendrán mayor impacto si se diseñan sobre bases firmes; es decir, a partir del conocimiento preciso de lo que supone que los individuos se perciben a sí mismos como miembros de un determinado grupo. Por ello, este artículo tiene como objetivo la revisión de diversas categorías analíticas que permitan comprender a qué nos referimos cuando hablamos de identidad en general y de identidad colectiva en particular, y sobre todo, el análisis del proceso mediante el cual los sujetos construyen el sentido de pertenencia grupal.
Retomamos el concepto de identidad de Erickson y Henry Tajfel como creadores de la teoría de la identidad social. Posteriormente se revisan los planteamientos sociológicos y antropológicos sobre la identidad colectiva o cultural, poniendo especial atención en la tesis de Jürgen Habermas, sobre los factores decisivos en la construcción de la identidad colectiva en la sociedad moderna; también nos basamos en la propuesta metodológica de Fredrik Barth de sustituir el concepto de etnia por el de etnicidad, que implica estudiar la identidad desde la perspectiva de los miembros del grupo, de tal manera que lo que identifica a un grupo no son los elementos culturales objetivos del mismo, sino aquellos que los sujetos consideran significativos. En esta cuestión coinciden Manuel Castells, Gilberto Giménez y Andrés Piqueras, al considerar que la identidad colectiva es, ante todo, una construcción subjetiva, resultado de las interacciones cotidianas, a través de las cuales los sujetos delimitan lo propio frente a lo ajeno.