• Asignatura: Castellano
  • Autor: martinaoriana2012
  • hace 7 años

necesito escribir un cuento inventado con moraleja corta


Holahola123go: EL RATÓN DE CAMPO Y EL RATÓN DE CIUDAD:
Érase una vez un ratón que vivia en una madriguera en el campo y otro ratón que vivía en la pared de una casa en la ciudad. El cuento de Ratón de campo y ratón de ciudad, cuenta la diferencia de vivir en el campo y en la ciudad. Con ese cuento, basado en la fábula de Esopo, los niños pueden aprender el valor de la humildad.
ColtMAQO2004: espero te ayude

Respuestas

Respuesta dada por: ColtMAQO2004
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Erase una vez un Rey que gobernaba en Escocia y odiaba la violencia. No le gustaban los tiempos de guerra ni practicar deportes que hicieran daño al medio ambiente como la tala de árboles, muy popular entre la nobleza.

El rey prefería permanecer en el interior de su castillo y dedicar su tiempo libre a dar paseos por sus jardines o a leer junto a la chimenea. Por el contrario, la reina se ahogaba dentro del castillo, bordar le parecía un aburrimiento y necesitaba salir a menudo para respirar el aire puro del campo.

Cuando el matrimonio hablaba de una posible batalla, la cara del Rey se descomponía preso del miedo. Sin embargo, la reina sentía una emoción y deseo desmedido por participar en una contienda.

Un buen día, los soldados pidieron a su majestad el Rey que los dirigiera en un combate para acabar con los problemas de una parte del reino y el Rey se puso muy nervioso. En la intimidad de la alcoba, el Rey reconoció a la Reina que se sentía muy mal por tener que acudir a la llamada de los soldados. La reina, preocupada por su esposo, le propuso ir ella al campo de batalla, en lugar de él y así procedieron. Lo prepararon de tal forma que nadie se enteró.

La reina pidió al rey que se encerrara en sus aposentos sin salir en todo el día, ni abriera la puerta, ni hablara con nadie. A continuación, la reina se puso la falda y el casco de Rey y ocultando su cara y simulando una voz ronca, ordenó al servicio que le llevaran a la reina té y pastas, pero que las dejaran en la puerta de entrada al dormitorio. Posteriormente, se fue al campo de batalla a dirigir a los soldados.

La reina ganó la contienda y regresó a palacio a contarle a su esposo la victoria. Mientras tanto, el Rey se había dedicado a deshacer y rehacer un bordado que la reina había comenzado de forma liosa. Al día siguiente, cientos de soldados se dirigieron al palacio a honrar a su rey por la victoria sin saber que el merito era de su reina.

Sus majestades tuvieron cinco príncipes y cinco princesas y siempre que había una batalla, la reina se vestía de rey y se iba al campo de batalla. Así vivieron felices. Nadie, ni siquiera sus hijos, se enteraron nunca de que la reina no sabía dar una puntada y que el Rey nunca pisó el campo de batalla.

Moraleja: Nadie tiene por qué cumplir con las expectativas marcadas por los demás si no siente que quiere hacerlo.  

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