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Respuesta:
Vivimos tiempos convulsos, revueltos; tiempos considerados como catastróficos por los pueblos que sufren violencia sistemática a través de despojo y exterminio; tiempos en los que la vida humana y no humana enfrenta una disyuntiva decisiva: o luchar, rebelarse y organizarse para su preservación o aceptar su irremediable extinción. Es en este escenario de guerra total contra la vida en el que nos planteamos reflexionar en torno del papel central que está desempeñando una ética que acompaña la constitución y el ejercicio de otra política, por parte de sujetos que están buscando crear de un mundo nuevo.
Palabras clave:
ética, valores, otra política, guerra total.
La violencia es una de las características fundamentales del desastre social que hemos hecho hasta ahora, llamado capitalismo, pues se ha venido ejerciendo de manera sistemática en todos los planos de la vida a través de la explotación y sobre-explotación de los seres humanos y de la madre tierra, del desprecio, el despojo, la discriminación. Sin embargo, en los últimos casi cuarenta años de globalización neoliberal, periodo en el que, además, las crisis que acompañan su funcionamiento se han hecho mucho más frecuentes, se ha profundizado –y descarado con cinismo- el ejercicio de la violencia directa contra los cuerpos, contra las condiciones de vida y posibilidades de sobrevivencia de la gente, contra las formas de ser, pensar, hacer que no han sido alineadas a las maneras mercantiles de existencia, y por el control absoluto de las riquezas de la madre tierra.
El afán de lucro y la codicia, valores y actitudes característicos del capitalismo, exigen que absolutamente todo entre a la esfera de la mercantilización para la acumulación. Sandoval, refiriéndose a lo planteado por el Subcomandante Marcos, señala que justo después de concluida la llamada Guerra Fría o Tercera Guerra Mundial
(…) se inicia la Cuarta Guerra Mundial, donde el territorio por conquistar y reorganizar es ya todo el planeta y el enemigo por destruir son dos terceras partes de la humanidad que sobran, según la lógica del mercado, pues ni son productores ni son consumidores adecuados a la acumulación de capital 1 .
Respecto de la manera de operar del poder económico y político, en este periodo en el que las dificultades del proceso de acumulación se “superan” mediante la guerra abierta, Marcos señala que
En la Cuarta Guerra Mundial, otra vez, se conquistan territorios, se destruyen enemigos y se administra la conquista de estos territorios. El problema es qué territorios se conquistan y reorganizan y quién es el enemigo. Puesto que el enemigo anterior ha desaparecido, nosotros decimos que ahora el enemigo es la humanidad. La Cuarta Guerra Mundial está destruyendo a la humanidad en la medida en que la globalización es una universalización del mercado, y todo lo humano que se oponga a la lógica del mercado es un enemigo y debe ser destruido. En este sentido todos somos el enemigo a vencer: indígenas, no indígenas, observadores de los derechos humanos, maestros, intelectuales, artistas. Cualquiera que se crea libre y no lo está 2 .
La Cuarta Guerra Mundial que destruye todo lo anterior porque el mundo ahora ya no es el mismo y no se puede aplicar la misma estrategia. Se desarrolla más el concepto de “guerra total”: no es sólo una guerra en todos los frentes, es una guerra que puede estar en cualquier lado, una guerra totalizadora en donde el mundo entero está en juego. “Guerra total” quiere decir: en cualquier momento, en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia. Ya no existe la idea de pelear por un lugar en particular; ahora la pelea se puede dar en cualquier momento; ya no hay una lógica de escalamiento del conflicto con amenazas, tomas de posición e intentos de reposicionarse. En cualquier momento y en cualquier circunstancia puede surgir un conflicto
Explicación: