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Estrógenos, progesterona y testosterona son las tres hormonas más importantes para el mantenimiento del deseo sexual. De ahí que sea normal que a lo largo del ciclo menstrual de la mujer, el embarazo o la lactancia su libido sufra cambios significativos que condicionan su actividad sexual. Esto marca la estrecha relación entre el balance hormonal del organismo y la vida sexual de las personas. La practica sexual, de hecho, activa la dinámica de otras hormonas que desempeñan funciones importantes en la salud humana, de tal modo que la práctica del sexo se convierte en un hecho positivo para ésta, tanto en lo físico como en lo emocional.
Pues conviene saber que este baile hormonal que se registra durante una relación sexual incide directamente y de forma beneficiosa sobre el organismo. La adrenalina liberada durante el acto sexual ayuda a prevenir las enfermedades cardíacas al aumentar el grado de oxigenación de la sangre y hacer que la frecuencia cardiaca alcance valores similares a los que se obtiene con la práctica de ejercicio, pues se queman entre 150 y 250 calorías, lo que equivale a 20 minutos de paseo a buen ritmo. Además, la respuesta sexual ayuda a recuperar el balance adecuado de los niveles de colesterol HDL y LDL . Esta misma hormona, según los expertos, en las mujeres ejerce también un efecto protector frente al cáncer de mama y en ambos sexos frente al cáncer de ano y el cáncer genital.
También en relación al cáncer, los urólogos consideran que eyacular cuatro veces a la semana reduce las posibilidades de que los hombres sufran cáncer de próstata. Otra de las hormonas que aumentan su nivel en el organismo durante el acto sexual es la hormona del crecimiento, a la que se relaciona con la longevidad, el deseo sexual, el fortalecimiento muscular y la evitación de la depresión. La actividad sexual regular también incrementa la producción de inmunoglobulina, fortaleciendo el sistema inmunológico y, por tanto, aumentando la protección del organismo frente a las infecciones. Por último, hay que decir que el baile hormonal que se genera durante el acto sexual es también bueno para la piel.
Respuesta:Estrógenos, progesterona y testosterona son las tres hormonas más importantes para el mantenimiento del deseo sexual. De ahí que sea normal que a lo largo del ciclo menstrual de la mujer, el embarazo o la lactancia su libido sufra cambios significativos que condicionan su actividad sexual. Asimismo algunas enfermedades afectan negativamente a su secreción y el déficit de alguna de las llamadas hormonas sexuales puede causar diferentes disfunciones sexuales, tanto en el hombre como en la mujer.
Esto marca la estrecha relación entre el balance hormonal del organismo y la vida sexual de las personas. Pero esta relación no se limita a las hormonas sexuales. La practica sexual, de hecho, activa la dinámica de otras hormonas que desempeñan funciones importantes en la salud humana, de tal modo que la práctica del sexo se convierte en un hecho positivo para ésta, tanto en lo físico como en lo emocional.
Por otra parte, el deseo libera feromonas (unas hormonas que favorecen la atracción sexual) y adrenalina, que aumenta la frecuencia cardiaca y estimula la circulación sanguínea. Todo ello lleva a superar la fase del deseo y entrar en la de excitación en la que comienzan a secretarse endorfinas de manera creciente hasta alcanzar el orgasmo, momento en el que la mujer intensifica su placer con la liberación de oxitocina. Pues conviene saber que este baile hormonal que se registra durante una relación sexual incide directamente y de forma beneficiosa sobre el organismo.
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