Respuestas
Respuesta:
El orden justo plasmado por el Constituyente se traduce en la vigencia de los preceptos constitucionales, en el imperativo para el legislador y para las autoridades de actuar dentro de esos parámetros superiores; de expedir normas y actos que no contraríen la Carta Política, y en la exigencia para que los jueces, en el ejercicio de su función de administrar justicia, profieran sus decisiones con plena observancia de esos cánones constitucionales. Así mismo, dentro de un orden justo, se reclama el compromiso que deben asumir todas las personas de respetar los derechos de los demás, de no abusar de los propios y de cumplir con sus deberes y obligaciones constitucionales y legales.
Explicación:
Amén de lo anterior, para tener un orden justo y que sea obedecido por todos los miembros de la sociedad, debemos tener una educación en valores y principios que deben ser inculcados, primero desde la familia y, luego, desde la escuela, el colegio y la universidad, pues una sociedad sin valores y sin principios es una sociedad condenada al fracaso, pues en ella no imperan ni la autoridad, ni la justicia, ni el orden, ni la libertad.
Nuestra sociedad necesita establecer un orden justo, fundado en el respeto por la dignidad humana, en el cual la tolerancia y el respeto por la diferencia sean las bases del mismo, una sociedad donde el que la hace, debe pagar por lo que hace, una sociedad donde las leyes no sean para los de ruana, una sociedad donde reine el orden y la justicia. Una sociedad construida sobre los factores reales de poder y no solo escrita en el papel de lo que llamamos Constitucion, una sociedad donde las normas aprobadas sean las que necesita la misma sociedad y no las que nos imponen a su antojo los paises desarrollados, como el sistema penal acusatorio que nos rige, por poner solo un ejemplo.
Por eso, si queremos un orden justo, fundado en el respeto por la dignidad humana, debemos crear normas legítimas y respetarlas, fomentar la confianza entre los ciudadanos y el Estado, imponer sanciones efectivas para quien contravenga el orden jurídico establecido y educar en principios y en valores a nuestros niños desde la familia y la escuela, pues de lo contrario, estaremos condenados a otros doscientos años de anarquía y caos.