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1 Este trabajo tiene por objetivo el desarrollo de una revisión y una reflexión acerca de la evolución de los vínculos entre naturaleza-sociedad y sus tendencias. Metodológicamente, en la primera parte, se describen estas relaciones en los diferentes periodos históricos y las interacciones que las caracterizaron. En la segunda parte se presentan las grandes tendencias que han guiado el pensamiento en torno a la relación naturaleza-sociedad, definidas como la tendencia naturalista, ecologista y ambiental, y se analiza cómo esta última permeó el enfoque del desarrollo durante el siglo XX y dio paso a la propuesta de desarrollo sostenible. Finalmente, se establecen los diferentes discursos que enmarcan la problematización de la relación naturaleza-sociedad dentro del marco del desarrollo sostenible.
2 CASPANA, Chile, 21 oct 2015 (IPS) - Los cultivos en terrazas de los pueblos originarios andinos representan un aporte a la seguridad alimentaria por aportar una estrategia de adaptación a un medio de difícil características y complejidades geográficas para la producción de alimentos nutritivos.
Esta ancestral técnica prehispánica de cultivo, que aún se practica en vastos territorios del altiplano andino y en particular en el chileno, “es de gran relevancia desde el punto de vista de adaptación al clima y al ecosistema”, aseguró a IPS la especialista Fabiola Aránguiz.
“Al utilizar las terrazas, se hace un uso más eficiente del recurso agua, cada vez más escaso en la zona norte”, explicó la oficial junior en Agricultura Familiar de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) desde la sede regional del organismo en Santiago, a unos 1.400 kilómetros al sur del pueblo atacameño de Caspana.
En Chile, esa forma de cultivo en las laderas andinas, también llamada de andenes, la desarrollaron principalmente los pueblos atacameño y quechua, que habitan el desierto de Atacama, en el norte del país, desde hace unos 9.000 años.
Asentados principalmente en oasis, valles y quebradas de Alto Loa, en la región de Antofagasta, estos pueblos aprendieron la técnica de las terrazas artificiales de los incas, que les enseñaron cómo aprovechar el agua y poder cultivar los escasos terrenos fértiles existentes en sus elevadas altitudes.
Se trata de “verdaderos maceteros que han ido haciendo por años, donde tienen que remover la tierra existente y traer tierra fértil de otro lado para poder habilitarlos”, explicó a IPS el secretario ministerial de Agricultura en Antofagasta, Jaime Pinto.
“Esto les ha permitido mantener la agricultura porque en estas quebradas donde se desarrollan se crean microclimas que permiten el desarrollo de otros cultivos”, añadió el máximo representante gubernamental de Agricultura en la región, desde su capital, también llamada Antofagasta.
Pinto precisó que si bien en la zona el recurso hídrico es escaso, “es de buena calidad, lo que permite, en el caso del pueblo de Caspana, por citar un ejemplo, producciones grandes de ajo, de árboles frutales como damascos (Prunus armeniaca) o manzanas, que no se ven en otros lados”.
Según datos oficiales, se estima que solo en la región de Antofagasta existen unos 14 pueblos altiplánicos que aún conservan esta tradicional forma de cultivo, que contribuye tanto a la seguridad alimentaria de las comunidades, como a la generación de ingresos que permiten mejorar la calidad de vida.
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