• Asignatura: Castellano
  • Autor: bernabepasteris9128
  • hace 7 años

¿De qué hablan el Principito y el aviador en el capítulo XXV?

Respuestas

Respuesta dada por: fernandezbernardojef
3

Respuesta:

Explicación:

CAPÍTULO XXV

- Los hombres – dijo el principito – se precipitan en los rápidos pero ya no saben qué es lo que buscan. Entonces se agitan y dan vueltas...

Y agregó:

- No vale la pena...

El pozo que habíamos encontrado no se parecía a los pozos saharianos. Los pozos saharianos son simples hoyos cavados en la arena. Aquél se parecía a un pozo de pueblo. Pero no había allí ningún pueblo, y yo creía estar soñando.

- Es extraño – le dije al principito –, está todo listo: la polea, el balde y la cuerda...

Rió, tocó la cuerda, jugó con la polea. Y la polea gimió como gime una vieja veleta cuando el viento estuvo mucho tiempo dormido.

- Oyes – dijo el principito -, hemos despertado al pozo y él canta...

Yo no quería que hiciera un esfuerzo:

- Déjame hacer – le dije -, es demasiado pesado par ti.

Icé lentamente el balde y lo apoyé, bien derecho, en el brocal. En mis oídos persistía el canto de la polea, y en el agua que continuaba temblando veía temblar el sol.

Respuesta dada por: Ropaclaraxd32
1

CAPÍTULO XXV

- Los hombres – dijo el principito – se precipitan en los rápidos pero ya no saben qué es lo que buscan. Entonces se agitan y dan vueltas...

Y agregó:

- No vale la pena...

El pozo que habíamos encontrado no se parecía a los pozos saharianos. Los pozos saharianos son simples hoyos cavados en la arena. Aquél se parecía a un pozo de pueblo. Pero no había allí ningún pueblo, y yo creía estar soñando.

- Es extraño – le dije al principito –, está todo listo: la polea, el balde y la cuerda...

Rió, tocó la cuerda, jugó con la polea. Y la polea gimió como gime una vieja veleta cuando el viento estuvo mucho tiempo dormido.

- Oyes – dijo el principito -, hemos despertado al pozo y él canta...

Yo no quería que hiciera un esfuerzo:

- Déjame hacer – le dije -, es demasiado pesado par ti.

Icé lentamente el balde y lo apoyé, bien derecho, en el brocal. En mis oídos persistía el canto de la polea, y en el agua que continuaba temblando veía temblar el sol. ESPERA ME COPIO >:''v

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