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Algunas son iniciativas individuales de autoridades como el ocurrente aimara Tata Quispe, o de profesionales como el sociólogo guaraní Elías Caurey, y otras son promovidas por empresas privadas o instituciones como la Defensoría del Pueblo.
Información sobre la enfermedad y los cuidados que hay que tener para evitar el contagio son parte de los mensajes que difunden estas personas e instituciones en un país con más de once millones de habitantes de los que más de 2,8 millones se reconocen como indígenas.
Los promotores
El aimara Rafael Quispe, director del Fondo Indígena, aprovechó su popularidad en redes sociales para mandar un mensaje en su idioma nativo sobre el coronavirus.
Con su sombrero de autoridad indígena y enfundado en una chaqueta negra de cuero, el Tata Quispe, como se le conoce en las redes, publicó un video para explicar en aimara que el COVID-19 ya está en Bolivia e hizo un llamado a mantener la calma, a lavarse las manos y quedarse en casa.
El Tata Quispe anunció que trabaja en nuevos videos en aimara e incluso se ha planteado hacer una transmisión en directo para difundir más información sobre la enfermedad, porque «no es chiste» y «hay que hacer caso a las recomendaciones».
«Yapita ñane rëtape», o «quedémonos en casa» es el mensaje principal difundido en guaraní por el boliviano Elías Caurey, instando a esas comunidades indígenas a cuidarse, a permanecer en sus viviendas y también hace una reflexión sobre el cuidado de la «casa grande», el planeta.
La Defensoría del Pueblo también tiene en redes sociales audios con información sobre el COVID-19 en aimara, quechua, guaraní y ayoreo, además del lenguaje de señas.
Otra iniciativa es la de la empresa emergente Labintec, especializada en educación y cultura, con una web que incluye materiales audiovisuales que explican en español, aimara y quechua qué es la enfermedad, cómo se transmite y qué medidas se pueden tomar para evitar contagios, entre otra información.
Reclaman más acciones
Si bien han surgido estas iniciativas, algunas ONG como el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis) y la Organización de Apoyo Legal y Social han demandado mayores acciones de las autoridades nacionales, regionales y municipales para tener en cuenta a los pueblos indígenas.
En un comunicado conjunto, ambas organizaciones lamentaron que ninguna de las medidas adoptadas hasta el momento por las autoridades tiene en cuenta su realidad.
«Su condición de población empobrecida y marginada tiene que ver con el bajo acceso a los centros de salud, bajos niveles de nutrición, cambio en sus patrones alimenticios que, a su vez, les generan enfermedades de base que les caracterizan como un grupo de riesgo», indica el comunicado.
Estas organizaciones reclamaron una serie de medidas para atender a estos sectores, incluida la traducción de los mensajes del Ministerio de Salud a idiomas nativos como el aimara, quechua, mojeño, guaraní, ayoreo, yuqui, sirionó, esse-ejja y t’simane.
También piden canales de comunicación específicos entre los servicios de salud municipales y los dirigentes de las comunidades indígenas, y establecer medidas sanitarias concretas en función de las enfermedades recurrentes que tienen estos sectores, como la diabetes, hipertensión y chagas, entre otras.
Las poblaciones indígenas más numerosas en Bolivia son las de quechuas (1,2 millones) y aimaras (1,1 millones), según el censo de población de 2012.
Bolivia, que registra seis muertes y 107 casos confirmados de COVID-19, se encuentra en estado de emergencia sanitaria desde el 22 de marzo, con una cuarentena más severa, fronteras cerradas y restricciones de circulación peatonal y vehicular, entre otras medidas.
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