¿Qué peligro hay en la calle?
Observa las imágenes y explica qué consecuencias puede originar cada actitud imprudente.
Respuestas
Cómo proteger a tu hijo de otros niños
Puede ocurrir que un niño se vea agredido por otros niños, adolescentes e incluso por adultos que intentan robarle. Hay que explicarle que no tiene sentido defenderse o discutir bajo la amenaza de un cuchillo. En cambio, hay que enseñarle a analizar el peligro y decirle que es su persona lo más importante, no su dinero, su anorak o su mochila.
Hay que acudir a la comisaría de policía con el niño para enseñarle que lo que le han hecho está prohibido por la ley y que él no tiene la culpa de lo que ha ocurrido. Escuchar al niño y hacerle hablar de su miedo. Acompañarlo hasta que haya recuperado la confianza y organizarse con otros padres para hacer los recorridos en grupo. Si es posible, aconsejarle que vaya por calles más transitadas.
El niño también puede ser víctima del chulo del barrio o de clase, tanto por hurtos como por burlas o violencia física. En este sentido, hay que vigilar cambios en el comportamiento del chaval y decirle que los adultos están ahí para cuidar de su seguridad, que nadie le va a reñir porque revele el chantaje de que es objeto y que las promesas hechas bajo amenaza no tienen ningún valor. Hay que tranquilizar al niño mediante el diálogo y la escucha. Dar parte a la policía o a la dirección del colegio.
Para proteger al niño frente a los abusos sexuales hay que decirle que no acepte jamás nada de desconocidos; que no se suba nunca a un coche sin que lo sepan sus padres; que no deje que nadie lo toque de forma extraña, aunque sea una persona conocida.
Darle una tarjeta telefónica y los números de teléfono de personas a las que puede llamar en caso de urgencia: padres, abuelos, tíos, amigos... Acostumbrarle a encontrar soluciones para situaciones imprevistas. Preguntarle por ejemplo: ¿Qué harías si se te pierden las llaves? Si alguna vez el niño es testigo o víctima de abusos sexuales, no deis sensación de pánico. Escuchadle con calma, decidle que los niños no son nunca culpables y hablad con el médico de familia o un especialista. Guardar silencio es lo peor.
Respuesta:
el niño que abrado es un tonto no que remos eso