el día en el que el espíritu santo apareció a los apóstoles , ser que se puede ver como un fantasma , decir palabras, utilizar la voz , lugar en el que viven las personas lo necesito ya porfa
Respuestas
).
El poder del reino es vida para siempre.
El poder de la promesa
Y estando juntos —dice Lucas— les dio una orden que debían obedecer
estrictamente: “No salgan de Jerusalén, sino esperen la promesa del Padre. La
promesa que ustedes oyeron de mí” (Hch 1,4).
El envío del Espíritu Santo equivale a un nuevo bautismo.
“Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días ustedes serán
bautizados con el Espíritu Santo” (Hch 1,5). Se refería a un bautismo de
poder.
Los discípulos escucharon la orden, sin que, de su mente, se borrara la
fuerza y el poder del reino. El poder de un reino es siempre más visible, más
impresionante, más grandioso, más pomposo, más codiciable, más buscado
que el poder espiritual de la promesa. Por lo menos, la mente de los discípulos
había sido atrapada con más fuerza por las palabras sobre el reino que por la
orden de esperar en Jerusalén hasta que recibieran el poder de la promesa.
“Señor —dijeron a Jesús— ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hch
1,6).
82 Mario Veloso
DavarLogos XIII, 2 (2014): 77-106
Todavía, por la mente de los discípulos, como un fantasma triste, rondaba
el reino de Israel. Esa pregunta acerca del reino fue la última que incomodaría
sus mentes, pues la aclaración de Jesús resultó ser taxativa y terminante.
“No les toca a ustedes —les respondió— saber los tiempos de eventos
generales, ni el tiempo de los eventos específicos que el Padre colocó bajo el
control de su propia autoridad” (Hch 1,7). La pregunta de ustedes es
irrelevante. Ya no tiene sentido alguno, para ustedes ni para nadie. El poder
del reino que ustedes han soñado para Israel, no está accesible para nadie de
Israel en este tiempo. Sin embargo, para ustedes, israelitas convertidos al
cristianismo, existe un poder disponible que deben recibir muy pronto. Es el
poder de la promesa. ¿Qué promesa? La promesa sobre la recepción del
Espíritu Santo para testificar.
El Espíritu en la testificación
“Cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo” (Hch 1,8) —dijo Cristo—
recibirán el poder que aumentará la fortaleza, las habilidades, las capacidades, y
los medios de ustedes, y ustedes, en forma personal, serán mis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y por todo el mundo hasta el final de la
tierra.
Se pueden destacar tres asuntos muy importantes:
La recepción del poder
Yo quiero que ustedes reciban el poder y cuando el Espíritu llegue a
ustedes para otorgárselo, tienen que asirlo por ustedes mismos. El Espíritu
Santo no colocará en ustedes, por la fuerza, ninguna capacidad del poder que
yo deseo para ustedes y que él está empeñado en otorgarles. La acción del
Espíritu será siempre generosa, siempre determinada, siempre cierta. No
faltará nunca. Pero ustedes determinan si esa acción generosa queda con
ustedes o si dejarán que se vaya sin producir el aumento de las capacidades
que en ustedes yo deseo.
El poder mismo
No se trata de un poder de comando, como si ustedes, desde el momento
que reciban el Espíritu Santo, en adelante, se convirtieran en jefes que dan
órdenes para que otros ejecuten la misión. Cada persona cristiana tiene que
ejecutarla.
El poder que les dará el Espíritu es una capacitación para que puedan
realizar la misión, tarea que demanda más capacidades de las que naturalmente
tienen.
El Espíritu Santo en el libro de los Hechos 83
DavarLogos XIII, 2 (2014): 77-106
Incluye el aumento de la fortaleza física y espiritual que ustedes tengan. La
adquisición de habilidades que recibirán, aunque no las tengan, entre otras,
incluye la buena disposición para la misión, la destreza para ejecutarla, e