Respuestas
Respuesta:
Se llegaría a una sociedad ideal según Comte si hubiera una gran ley fundamental, la Ley de los tres estadios, que identificaba tres estadios básicos a través de los cuales atravesaría no sólo la sociedad, sino también las ciencias, la historia del mundo, el proceso de crecimiento e incluso la mente y la inteligencia humanas (y que más tarde el mismo Comte aplicaría a su propia enfermedad mental). Así pues, todo, absolutamente todo, ha avanzado sucesivamente por tres estadios donde cada uno supone una búsqueda diferente, siendo el primero el concebido como el punto de partida necesario, el segundo como una transición y el tercero como el estado fijo y definitivo del espíritu humano.
Explicación:
El primer estadio es el estadio teológico o ficticio, regido por una visión mágica del mundo que explica los fenómenos a través de las voluntades arbitrarias de seres independientes, a los que les atribuía poderes sobrenaturales que sometían a los individuos. En este estadio, la búsqueda se centra en el origen y el propósito de las cosas, y deriva en la necesidad de encontrar el conocimiento absoluto. Aquí Comte incluye el fetichismo, el politeísmo y el monoteísmo, y realiza un vasto análisis de su relación con la vida afectiva y la organización social de los hombres primitivos, la vida militar, la esclavitud, el nacimiento de la vida pública, la teocracia, el feudalismo, la formación del régimen de castas o la proyección del dogma teológico en el cuerpo político.
Por su parte, el estadio metafísico o abstracto se caracteriza por la sustitución de los dioses personalizados por fuerzas abstractas, como la naturaleza, para abordar las causas primeras, y llega a su plenitud cuando una gran entidad se considera fuente de todo. Comte considera este estadio como intermedio, pero necesario, puesto que no es factible realizar un salto directamente desde el estadio teológico al positivo. Comte creía ver la ruptura con la Edad Media que desembocó en la Revolución francesa como la encarnación de este estadio, en el cual podía percibirse ya el germen racionalista que culminaría en el estadio positivo, en el cual se abandonaría la ingenuidad de la búsqueda de las causas primeras del origen del universo, y se alcanzaría la madurez necesaria para centrarse únicamente en los fenómenos y las relaciones entre ellos. Comte introduce de esta manera una particular teoría de la evolución, que se caracteriza por la búsqueda del orden y el progreso, siendo el positivismo el único sistema capaz de garantizarlos. Según esta ley, el estadio teológico y metafísico estarían condenados a desparecer, reinando finalmente un estadio positivo total que pondría fin a la gran crisis moral y política de su tiempo.