Respuestas
Respuesta:La historia del mundo en el siglo XIX supone un problema: ¿por qué constituiría este siglo un capítulo coherente? Este trabajo responde a esa cuestión partiendo de la historia de los objetos. Cada objeto ofrece un medio de entrada a la historia del mundo, a los fenómenos de circulaciones y apropiaciones. Permite ver la cronología del establecimiento de redes en el mundo en el siglo XIX, así como las consecuencias, y también los límites de esta puesta en red. Saca a la luz los procesos de dominación. Estas circulaciones de objetos no son sólo imperiales: también dan testimonio de procesos de identidad en marcha, especialmente en la escala de las naciones. En las formas de colección del yo que ilustran los objetos reunidos en el magasin del siglo XIX, la habitación y el mundo mantienen una relación homotética, porque el mundo ha venido a la habitación como un ensamblaje global de cosas importadas y almacenadas.
Explicación: La Historia del mundo en el siglo XV, dirigida por Patrick Boucheron, estaba fundada en esta evidencia. En lugar de usar el término “Renacimiento”, que en el siglo XV no se refería más que a una pequeña parte del mundo (y aun más: a una pequeñísima parte de las elites sociales de esa pequeña parte del mundo), Boucheron y sus colaboradores habían elegido aislar un “siglo XV” que, en la época en cuestión, no tenía ningún sentido para absolutamente nadie en la superficie del globo. De esta forma, los autores de Historia del mundo en el siglo XV no esperaban privilegiar ningún punto de vista -y en particular ese punto de vista de las elites europeas, del que Jack Goody recordó hasta qué punto había orientado el discurso histórico mundial desde hacía varios siglos.
Una Historia del mundo en el siglo XIX plantea, sin embargo, un problema muy diferente. Fue precisamente en Europa donde, desde finales de la década de 1790, algunos autores se pusieron a hablar del “siglo XIX” por venir. El apelativo se difundió ampliamente en los títulos de gran cantidad de libros y aún más en periódicos, haciendo del “siglo XIX” el primer “siglo” de la historia en ser nombrado por un número, en Europa y en América, y después en muchas otras partes del mundo.