¿Quién fue Ramón Berenguer lV?
Respuestas
Explicación:
Ramón Berenguer IV de Barcelona
Conde de Barcelona : 1131-1162
Fallecimiento: 6-VIII-1169
Antecesor: Ramón Berenguer III
Sucesor: Alfonso II
Biografía
Conde de Provenza y Príncipe de Aragón. La herencia de Ramón Berenguer III el Grande no podía recaer en manos mejores que las de su primogénito, Ramón Berenguer IV, hijo de su tercer matrimonio con Dulce de Provenza. En efecto, el nuevo conde de Barcelona realizó con tenacidad las directrices políticas legadas por su padre y las llevó a sus más afortunadas consecuencias. Respecto a este príncipe se ha hablado de su política triangular, cuyos vértices fueron el Mediodía de Francia, Aragón y el Sur de Cataluña. Gracias a su inteligencia nunca desmentida, a su capacidad diplomática y a su singular espíritu de firmeza y decisión, logró verificar la unión política del reino de Aragón con los territorios de los condes de Barcelona, los cuales, por su importancia económica y sus relaciones internacionales constituían un poderos
Estado en la cuenca del Mediterráneo occidental.
A los diecisiete años, muerto su padre el 19-VII-1131, Ramón Berenguer ocupó el trono condal. En sus primeros actos demostró una gran prudencia, pues procuró unir en haz apretado las voluntades de los nobles y eclesiásticos catalanes. Muy pronto se revelaron los buenos resultados de esta política ante los graves problemas con que tuvo que enfrentarse el conde. En 1134 había muerto el rey de Aragón, Alfonso I de Aragón, el Batallador, sin dejar sucesión directa, más que la de su hermano Ramiro II el Monje. Desde entonces el reino aragonés estuvo sumido en una profunda crisis: separación y guerra de los navarros; ambiciones políticas de Alfonso VII de Castilla, quien en 1134 se adueñó de Zaragoza; facciones nobiliarias, etc. Solucionó el problema sucesorio planteado por el testamento de Alfonso I de Aragón, por medio de un tratado firmado por Raimundo, legado del patriarca de Jerusalén, seguido de otro acuerdo con el Temple (1143), en los que se reconocía a Ramón Berenguer como gobernante idóneo y se estipulaba el retorno de Aragón a las órdenes si aquél moría sin descendencia.