tres aspectos interesante
de las mamorquias europeas
Respuestas
Respuesta:
¿Qué es Monarquía?
La monarquía es la forma de gobierno más antigua de la historia de la humanidad. Ésta concentra todo el poder en la figura del rey (poder absoluto unipersonal). Dicho cargo es permanente (vitalicio) y se hereda al primer hijo varón que el rey tenga (primogénito) o el familiar más directo.
Cuando la monarquía gobierna un territorio, se puede denominar ese territorio como reino, imperio o principado. Mientras que quien posee el título de monarca se lo designa como Rey, Emperador, Príncipe, Zar, entre otros títulos.
Explicación:
Características destacadas de la monarquía
1- El poder monárquico es personal y vitalicio
El puesto del monarca es unipersonal y de carácter vitalicio, lo cual quiere decir que solo lo ejerce una sola persona hasta el día de su muerte, o hasta que se produce su abdicación, renuncia o derrocamiento de facto.
2- El título monárquico es traspasado hereditaria mente
De igual modo, por lo general el título de Rey se traspasa de forma hereditaria entre dos familiares de la misma familia real. A este tipo de monarquía se le da el nombre de monarquía hereditaria, y es históricamente el tipo más común.
Dentro de la línea sucesora al trono, tienen prioridad los hombres sobre las mujeres, y los hijos sobre cualquier otro tipo de parentesco.
En el caso de que muera un Rey y no existan hijos, la corona puede pasar a los hermanos, sobrinos o primos. Esto depende de lo establecido según las leyes por las que se rija cada monarquía.
3- Existen varios tipos de monarquía
Monarquía absolutista
Este es el tipo de monarquía en la que el monarca ejerce el poder sin ningún tipo de restricción política.
En este modelo no existe una división de poderes, sino que el soberano –el Rey- gobierna únicamente según su voluntad. Sin embargo, estas monarquías solían estar sujetas a ciertas Leyes del Reino.
Monarquía constitucional
En las monarquías constitucionales, el monarca ejerce su poder sometido al marco de un conjunto de leyes establecidas por los ciudadanos en una Constitución.
En dicha Constitución se delimita el reparto de los poderes políticos de la nación, como también las funciones de cada uno de los elementos que pasarán a constituir al gobierno, siendo el monarca uno de ellos.
Bajo esta forma, muchas monarquías europeas lograron mantenerse en pie luego de la caída del Antiguo Régimen, que conllevó al nacimiento de las nuevas Repúblicas.
Monarquía parlamentaria
En las monarquías parlamentarias se establece constitucionalmente que el Rey debe rendir cuentas ante el parlamento.
En ellas, el parlamento tiene un poder superior al Rey, hasta el punto de que podría tener la potestad de decretar una decisión que sea vinculante para él, y que éste deberá acatar.
En las monarquías parlamentarias, el poder del Rey está más limitado que en las monarquías constitucionales. En la actualidad, dentro de estos gobiernos el título del Rey es el de Jefe de Estado, sometido al Parlamento y al Jefe de Gobierno (Primer Ministro o Presidente).
Tanto en la monarquía parlamentaria como en la constitucional, el monarca, representando el poder político tradicional, asume un compromiso de respetar el poder de los representantes del pueblo basado en el consenso.
Monarquía hereditaria
Son aquellas monarquías en las que el título del Rey es transmitido en base al vínculo familiar, principalmente en orden de sucesión generacional.
Este sistema considera principalmente a los primogénitos del Rey como los siguientes en la línea de sucesores al trono.
Monarquía electiva
La monarquía electiva es aquel sistema en el que el monarca reinante es elegido por un grupo de personas y bajo condiciones que varían dentro de cada caso.
4- El monarca encarna la identidad de su nación
Antiguamente, la monarquía era un símbolo de identidad de los reinos, ya que se consideraba que era la unidad gracias a la cual un territorio se identificaba como uno solo, con características propias y compartidas por todos sus habitantes.
En la actualidad se sigue considerando a las monarquías modernas como parte importante de la identidad común de la nación. Esto es así gracias a la continuidad que aportan al gobierno pese a los cambios periódicos en los poderes Ejecutivo y Legislativo.
5- La figura del monarca está ligada a la divinidad
El gobierno monárquico ha sido legitimado, a lo largo de la historia, en base en la religión, aduciendo que el derecho a gobernar y la soberanía del Rey provienen de la voluntad de Dios.
Gracias a esto, diferentes monarcas han realizado sus funciones como “Defensores de la Fe” o “Encarnaciones de Dios en la Tierra”.
La doctrina de la legitimidad divina del Rey, quien además era el único soberano, permitía que estos no tuvieran que rendir cuentas de sus decisiones a su pueblo o a los miembros de la nobleza. Al único a quien debían rendir cuentas era a Dios.
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