aspectos que permiten la perdida de masa muscular descalcificacion de los huesos
Respuestas
Respuesta:
Osteoporosis. Algunos aspectos relacionados con alimentación y nutrición
De la Concepción Izaguirre Ludmila*, López Cabrejas Gilberto**
*Especialista de 1er Grado en medicina interna y nutrición
**Especialista de 1ero Grado en reumatología
Servicio Nacional de Reumatología, Facultad de medicina “10 de Octubre”, Instituto de Ciencias Médicas de La Habana,
La Habana, Cuba
RESUMEN
La osteoporosis es una enfermedad sistémica caracterizada por una disminución de la masa ósea y un deterioro de la arquitectura
microscópica del hueso, que lleva a un incremento de la fragilidad del mismo y al consecuente aumento de la susceptibilidad para
fracturas óseas. Su elevada y creciente prevalencia a nivel mundial la han convertido en una epidemia silenciosa. Son numerosos
los factores de riesgo relacionados con ella. Entre estos, los estilos de vida y la nutrición ocupan un lugar importante en su
prevención y tratamiento. Están involucrados varios nutrientes de forma más o menos importante: el calcio y el fósforo, la
vitamina D, las proteínas de la dieta, el consumo de alcohol y cafeína, etc. Las recomendaciones acerca de alimentación, nutrición
y estilos de vida en el paciente con osteoporosis son similares a las de otras enfermedades crónicas de manera que es muy
importante recomendar el incremento en la ingestión de calcio pero además sería apropiado lograr la restricción en el consumo de
sal, de proteínas de origen animal, alcohol y cafeína así como el incremento de la actividad física, la exposición a la luz solar y el
mantenimiento de un peso corporal adecuado. Palabras clave: Alimentación, nutrición, prevención, estilos de vida.
Palabras claves: osteoporosis, nutrición
INTRODUCCIÓN
La osteoporosis es una enfermedad metabólica caracterizada
por una disminución de la calidad del hueso secundaria a una
alteración del equilibrio entre formación y resorción ósea.
Existe, en la misma, una reducción tanto de la matriz proteica
como mineral a la vez que se dan varias alteraciones en la
microestructura del hueso todo lo que aumenta el riesgo de
rotura del mismo. Puede ser primaria (involutiva, senil o
idiopática) o secundaria a diversas enfermedades. El interés de
esta enfermedad radica en la obvia elevación del riesgo de
fracturas relacionado con la reducción de la densidad mineral
ósea.
1
Por su alta prevalencia y la elevada mortalidad asociada a sus
complicaciones así como por el marcado impacto negativo que
tiene sobre la calidad de vida y los elevados costos sanitarios y
sociales que implica es considerada un importante y creciente
problema de salud pública. Se le ha denominado “la epidemia
silenciosa del siglo XXI” y dado el envejecimiento
demográfico que padece el mundo actual es un problema en
progresión y constituye la principal causa de fracturas óseas en
mujeres posmenopáusicas y en ancianos.
2
Son muchos los factores involucrados en su etiopatogenia,
entre los más importantes se encuentran los nutricionales, la
genética del individuo, los antecedentes familiares, el sexo y el
nivel hormonal, la menopausia precoz y los estilos de vida no
saludables, especialmente el sedentarismo.
Es claro según las evidencias disponibles que resulta más
eficiente prevenir el problema que tratar sus consecuencias; los
conocimientos acerca de la genética de la enfermedad así lo
demuestran. Se ha relacionado el pico de masa ósea con
distintos genes siendo uno de los más conocidos el genotipo
del receptor de la vitamina D aceptándose que la genética
explicaría alrededor del 80% de la varianza en la masa ósea.
3-4
La adquisición de este pico de masa ósea estaría además
directamente relacionado con la actuación de las hormonas
sexuales sobre el IGF-1 (insulin-like growth factor-1) que
también es estimulado por diferentes nutrientes entre los que
las proteínas son determinantes,
4 aunque también por factores
no nutricionales.
La masa ósea se incrementa progresivamente desde la infancia
hasta la juventud dónde se alcanza el pico de la misma. La
edad límite varía según los diferentes estudios. En mujeres se
ubica alrededor de los 15 años con algunas variaciones en los
diferentes estudios, y en los hombres alrededor de los 23
aunque otros autores la refieren entre los 13-17 años.
1-4
.