una carta al presidente sobre la pandemia del covid-19

Respuestas

Respuesta dada por: fernandezbernardojef
7

Respuesta:

Explicación:Respetado Señor Presidente:

El propósito principal de esta comunicación es agradecerle por su

liderazgo en la velocidad y la audacia de las medidas emprendidas por su

Gobierno en la crisis generada a raíz de la pandemia de Covid-19.

Las EPS y las empresas de planes voluntarios de salud representadas en

ACEMI cuidan la salud de más de 26 millones de colombianas y

colombianos, y es en nombre de ellas y ellos, y de todas nuestras

trabajadoras/es, que expresamos nuestra gratitud. En esta crisis COVID

19, sin precedentes en la historia moderna, que le ha planteado un

desafío inédito al mundo entero, Colombia tiene la tranquilidad de que

desde la Jefatura del Estado se están tomando con firmeza, convicción y

total confianza en la ciencia y en la experiencia, decisiones que sin duda

ya han salvado miles de vidas.

Somos plenamente conscientes de la dificultad de cada decisión, de los

costos enormes que cada una conlleva. Al revisar en su conjunto los 26

decretos dictados en desarrollo de la Emergencia Económica, las medidas

sanitarias y las de orden público, percibimos un trabajo coordinado entre

todos los sectores, en el que se prioriza la salud y la vida, sin perder de

vista la importancia de paliar los costos de la hibernación económica,  

sobre todo para los más vulnerables. Respecto de las decisiones ya

tomadas, y las que se van a tomar, a sabiendas de que se han basado y

se basarán en la mejor información científica disponible y en los

principios de defensa de la vida y la salud como criterio rector, cuenta

usted con el apoyo del sector salud, y de los líderes de todas las empresas

agrupadas en este gremio. Estamos a su entera disposición para aportar,

en el momento en el que usted lo estime pertinente.

Las EPS han adoptado, y están implementando, a un ritmo sorprendente,

cambios en su forma de operar, con el propósito inmediato de despejar

espacio, infraestructura y recursos para la atención de la emergencia.

Han virtualizado buena parte de sus operaciones y han incrementado los

servicios de telemedicina (para descongestionar y reducir

desplazamientos), de atenciones domiciliarias y de suministro en casa de

medicamentos, priorizando a los adultos mayores, a los pacientes

crónicos y de alto costo y a los trabajadores de la salud. La emergencia

propició la aceleración de esos cambios, pero cuando ella pase, quedará

un sistema de salud más ágil, más eficiente, más sabio en el uso de las

nuevas tecnologías al servicio de los usuarios.

El COVID-19 es una catástrofe global que nadie pudo o supo prever, es

quizá el mejor ejemplo de eso que la literatura económica reciente ha

llamado un “cisne negro”. Por eso, los cálculos de primas y de

presupuestos rutinarios que el estado colombiano hizo para financiar el

sector salud en el 2020 no incorporaron en sus cálculos los costos para

atender esta emergencia. El primer caso apenas se conoció a finales de

diciembre de 2019, y la OMS solo lo declaró pandemia en marzo del 2020.

Ni siquiera cabe aquí hablar de una desviación de siniestralidad, porque

no se trata de un aumento inusitado de frecuencias o de un incremento

de los costos de siniestros previsibles, sino de un riesgo completamente

novedoso, hasta hace pocos meses desconocido para la humanidad.

El gobierno viene haciendo esfuerzos muy importantes para dotar de

liquidez al sistema, a través por ejemplo del anticipo de los pagos

mensuales previstos para cubrir los servicios que están por fuera del plan

de beneficios, y la aceleración de la implementación de la ley de punto

final. Estas medidas permiten al sector “organizar mejor la casa” y estar

más sólido para enfrentar la crisis.

Pero no cabe duda que la crisis misma requiere de inmensos recursos

nuevos y frescos, que no encajan dentro de la arquitectura tradicional

del aseguramiento. El solo tema de las incapacidades, o la reducción

inevitable de las cotizaciones a salud asociadas a la nómina, son apenas

dos ejemplos de la forma como la pandemia torna en insuficientes las

categorías tradicionales que gobiernan nuestro sistema de salud.

Preguntas similares