Respuestas
Al cabo de veinte años de vida independiente el país no había logrado su organización y estabilidad.
Las provincias rechazan todos los intentos unitarios, no aceptan la pérdida de su autonomía, ni están dispuestas a admitir la hegemonía de Buenos Aires.
El sentido de libertad inculcado por España y el celo por las autonomías locales se mantienen vivos.
Las provincias no se han organizado como nación, pero el espíritu y sentimiento nacional están presentes en ellas.
Las luchas entre provincias, a esta altura de nuestra historia ya han costado más víctimas que la guerra de la independencia.
Unitarios y federales merecen nuestro respeto. Todos eran hombres con pasiones y con intereses, pero supieron ofrecer a la patria lo mejor de sí mismos y defender con heroísmo sus ideas.
Los unitarios, gran parte de ellos deslumhrados por ideas importadas de otros países, no supieron captar la realidad y pretendieron implantar en el país un sistema que no estaba de acuerdo con su sentir, ni con sus tradiciones.
El pueblo de la Nación estaba dispuesto a hacer valer su voluntad, a no renunciar a su poder soberano. Es esta su afirmación de espíritu democrático.