¿Cómo se relaciona la Cultura, la geografía y los Medios de Producción?
Respuestas
Respuesta:
La formación de la cultura geográfica deviene como necesidad social en los momentos
actuales, donde se carece de aquella parte de la cultura que refiera y defienda, desde un
enfoque holístico, la integralidad de los procesos geográficos como una ciencia que rebasa su
papel descriptivo y se convierte en una disciplina aplicativa. Constituye una manera de preparar
al individuo para la vida y el comportamiento en la naturaleza y la sociedad, por lo que la
aprehensión de la cultura geográfica y el valor del conocimiento geográfico conforman una parte
integral de la cultura general de los seres humanos.
Por ello, se impone la formación de una cultura geográfica que se corresponda cada día más
con las demandas de la Comisión de Educación Geográfica (CEG, 2016), donde se queda declarado la lucha por la ignorancia geográfica a todos los niveles, partiendo de que la
geografía puede ser una materia, mucho más que informativa, para convertirse en capacitadora
y estimuladora en todos los niveles educativos, y puede contribuir al permanente disfrute y
comprensión del mundo actual; por tanto, se impone esta disciplina para articular las relaciones
que establecen los seres humanos con su medio ambiente, su contexto socioeconómico y las
peculiaridades culturales que emergen en un espacio geográfico dado.
En este sentido, la cultura geográfica propicia el desarrollo de la identidad nacional, en tanto
favorece el sentido de pertenencia hacia la tierra natal, afianzando los intereses por el entorno a
nivel del territorio nacional, propiciando además, el desarrollo de la identidad cultural a diversas
escalas, desde lo general a lo singular.
Para realizar este análisis cultural desde el enfoque geográfico, se hace necesario destacar
primeramente los niveles de generalidad de la cultura esbozados por Álvarez (2008), quien
expresa en primer lugar a:
…la cultura en el sentido amplio, que comprende la creación humana; segundo, en el
ámbito temporal y en lo espacial cuando se refiere a la cultura de una región, un país, un
pueblo, una localidad, una clase o grupo social. En tercer lugar, la cultura o parte de ella
puede estar presente en un proceso concreto en calidad de: componente, factor o
dimensión del mismo, lo que no significa literalmente “restringir la cultura a una dimensión”,
porque las propuestas de desarrollo se articulan con la cultura de formas variadas y
complejas.” (p. 45)
En este orden de ideas, los autores coinciden en que se asume la cultura en el ámbito
latinoamericano como el complejo escenario político-administrativo donde subyacen diferentes
culturas, pero que a su vez tienen una similitud, dadas las peculiaridades de idiosincrasia que
se advierten históricamente en esta región, desde los marcos de la colonización, hasta los
rasgos posmodernos que tipifican estos territorios.
Al abordar la identidad cultural en esta región como cultura contextuada, los autores parten de
asumir que, para la formación de la identidad cultural, la geografía, como ciencia que incursiona
en los campos físico geográfico y socioeconómico-geográfico, desempeña un lugar actuante en
la formación de una cultura que identifica a un grupo humano en particular, de donde el espacio
geográfico ocupa un papel preponderante, en tanto, constituye el entorno geográfico
enriquecido por los elementos culturales que confluyen y dimanan de la sociedad en su
conjunto, como el espacio-tiempo donde se producen las relaciones sociales y a su vez, se
condicionan los modos de ser y hacer de las personas.
En consecuencia con lo abordado, los autores consideran oportuno referenciar, desde el punto
de vista etimológico, el término cultura, el cual proviene del latín “cultus”, (de la voz “colere”),
que tenía gran cantidad de significados como habitar, cultivar, proteger, honrar con adoración,
cuidado del campo o del ganado, entre otras designaciones. Desde el punto de vista filológico la
cultura es entonces un término que denota una manera de actuar en un contexto específico, y
ha variado constantemente de significado y de connotación.
Se destaca que, la primera definición de cultura que se reconoce y que tiene una dimensión
diferente a la que se había declarado hasta entonces, la aportó Tylor (1871), en su libro
Explicación: